El directorio de la minera brasileña Vale confirmó esta tarde que decidió suspender los trabajos en el complejo Potasio Río Colorado, en el sur de Mendoza. Lo hizo luego que la cancillería brasileña anunciara que la cumbre entre Dilma Rouseff y Cristina Kirchner suspendida por la muerte de Hugo Chávez, todavía no tenía fecha cierta.

Esta cumbre fue esgrimida en su momento por autoridades del gobierno nacional y de la provincia, como la última instancia para revitalizar el proyecto que da empleo a más de 4000 personas.

Sin embargo, el directorio de la minera se cansó de las dilaciones y decidió patear el tablero al mejor estilo kirchnerista.

La minera había decidido postergar una decisión que ya estaba tomada, cuando la Cristina le informó a Dilma en un encuentro en Chile, que su gobierno no iba a aceptar ninguna de las condiciones que puso Vale para reanudar la mayor inversión privada que le quedaba a la Argentina, ya que se trata de un proyecto que ronda los u$s 6.000 millones.

Pero un pedido directo del gobernador de Mendoza, Paco Pérez, logró postergar el anuncio de graves consecuencias sociales, hasta después de la Fiesta de la Vendimia, en la que el mandatario buscó darle relieve nacional a su figura en su nunca descartado proyecto presidencial.

Sin embargo, el anuncio golpea duramente las aspiraciones políticas de Paco Pérez y vaticina graves tensiones sociales y económicas. La decisión de Vale –que ya había invertido u$s 2.000 millones- deja en la estacada no sólo a miles de familias, sino a importantes contratistas, encargadas de levantar el yacimiento.

Firmas como Cartellone y Distrocuyo –entre otras- se preguntan ahora cuando la minera les pagará los montos adeudados, que la semana pasada escalaban a los 40 millones y explicaban en parte el retraso en la liquidación de los sueldos.

Hasta ahora ninguna de esas contratistas recibió la instrucción de suspender a sus trabajadores, pero el comunicado de la minera deja poco espacio al optimismo, ya que al final de su primer párrafo informa que “en el caso de que se reinicie el emprendimiento, será dada preferencia a los trabajadores actuales del proyecto”. Es decir, que asume que perderán sus trabajos.

Paco corre de atrás

Pese a que era una noticia que se veía venir y hasta fue anticipada por el diario Clarín que le dedicó una página, en el gobierno de Paco Pérez esta noche reinaba el desconcierto, repitiendo la actitud de correr atrás de los acontecimientos que caracterizó todo su manejo de esta crisis.

El gobernador viajó de urgencia a Buenos Aires para reunirse con el ministro de Planificación, Julio de Vido, y se negó a hablar con la prensa. En este viaje relámpago, informaron sus vocero, también buscaría en la Capital una confirmación “oficial” en los directivos de Vale en Buenos Aires. Una pavada, ya que la decisión fue comunicada por el máximo órgano societario de la multinacional brasileña.

Y ese fue una de los problemas de esta crisis de final anunciado: Paco Pérez no pudo o no quiso sostener una negociación al más alto nivel de la compañía y por momentos pareció desestimar la magnitud del problema, cuando puso como interlocutor a un funcionario de tercer nivel como es su director de Minería.

Lo mismo paso en algunos tramos del proceso a nivel nacional, ya que De Vido dejó parte de la negociación en manos de su secretario para el sector, Jorge Mayoral, un funcionario de escaso poder político.

Por lo visto, en este caso la estrategia del ninguneo tan típica del kirchnerismo cuando busca dilatar una decisión, no fue eficaz.

Pimentel y la estrategia fallida de Vale

El lunes pasado, en lo que acaso fue el último intento serio de acordarle una salida a esta crisis, De Vido recibió a al ministro de Industria brasileño, Fernando Pimentel. Luego del encuentro, el funcionario regresó a su país y allí ofreció a la prensa tres definiciones importantes que aquí fueron pasadas por alto.

Dijo Pimentel que el principal problema con Argentina era el comercio bilateral y que ambos países iban a tratar de resolverlo aumentando su volumen, no cerrando las fronteras.

Para mandar luego dos mensajes directos a Vale: Aclaró que los proyectos de infraestructura en la Argentina que financia el Bndes iban a continuar y agregó que el conflicto de la minera ya se había conversado con el gobierno argentino y ahora era un tema que debían resolver la administración de Cristina Kirchner y esa compañía.

Se trata por cierto de una compañía que arrastra una pésima relación con Dilma Rouseff de cuando ella ocupaba el cargo de ministra de Minería, al punto que al ganar la presidencia, Vale tuvo que renovar a todo su staff directivo.

Como sea la referencia de Pimental al Bndes no fue casual. Vale intentó vincular la continuidad de su proyecto con la continuidad del financiamiento brasileño, en una estrategia estilo Sansón de arrastrar a todos en su caída, si esta se producía. Pero la maniobra fue rechazada no sólo por las autoridades brasileñas, sino por las otras firmas brasileñas que están realizando negocios en el país con financiamiento del Bndes.

La dificultad de encontrar un reemplazo

Paco Pérez intentó ablandar a Vale deslizando la posibilidad de quitarle la concesión para entregársela a inversores chinos u árabes. Sin embargo, los chinos ya son socios de los brasileños y las demandas más duras que Vale esgrime para continuar con la inversión, son en rigor exigencias de sus socios de la potencia asiática. Mientras que la versión de un extravagante inversor de la realeza árabe, no es considerada seria en el sector.

Si queda la duda de cómo hará Vale para mantener la concesión –como dijo que pretende hacer en su comunicado-, sino cumple con las metas de inversión.

Como sea, el tema golpea fuerte al gobernador por ser el ejemplo que exhibía para afirmar que Mendoza podría ser un lugar de privilegio para las esquivas inversiones extranjeras. Puntualmente el cepo a la minería metalífera (no es el caso de Vale) que Paco avaló en plena campaña, le acotó al Gobierno la posibilidad de promover nuevos emprendimientos mineros de envergadura.

Es que a través de la ley provincial 7.722 se clausuró la posibilidad de inversión de otras compañía internacionales, como San Jorge. Por lo que Vale era “la” esperanza de Mendoza de sobresalir entre las zonas mineras del país.