25 de abril, 2024
Los kirchneristas puros piden la reelección de Cristina y desafían al PJ y a Moyano
Es la primera consecuencia de la muerte de Néstor Kirchner. En su retorno a las actividades, los intendentes kirchneristas más alejados al PJ lideraron la ofensiva para pedir ir por la reelección de Cristina en una reunión con Scioli. Hebe de Bonafini salió a buscar firmas a favor de un nuevo período de la jefa de Estado. Y Edgardo Depetri confirmó que asumirá la banca de diputado. Los socios de Nuevo Encuentro se mostraron activos. Oscar Parrilli, el coordinador del ala dura del cristinismo.
Quienes hace tiempo bregan por el kirchnerismo pero caminan por veredas separadas al PJ y a la CGT son ahora los voceros de la campaña de la reelección de Cristina Kirchner, que hoy fogonearon varios intendentes vecinalistas y Hebe de Bonafini, quien salió a recolectar firmas.
La altisonante versión del transversalismo K la personificó además Edgardo Depetri, funcionario de la Casa Rosada, quien confirmó que asumirá la banca vacía que dejó Néstor Kirchner, que en realidad le corresponde a Dante Dovena, cuyo pliego para ser embajador de Uruguay ya fue aprobado por el Senado y sólo resta la aceptación del vecino país.
"Creo que es la decisión del Poder Ejecutivo que yo tome la banca de Kirchner en Diputados", anticipó Depetri esta tarde, para confirmar su retorno al Congreso.
La intención del Gobierno de mostrarse cercano a los aliados puros quedó demostrada ya en mismo funeral de Néstor Kirchner, en el que los gobernadores tuvieron un papel casi decorativo.
Tal es así que ninguno de ellos integró un vuelo oficial a Río Gallegos a despedir los restos, como si lo hicieron el periodista y asesor Horacio Verbitsky y el intendente de Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez.
Gutiérrez conforma el grupo de intendentes y dirigentes kirchneristas con línea propia separada del PJ y dispuesta a desafiar a los candidatos de esa fuerza en una interna. En esa cruzada lo acompaña Depetri y sus colegas Graciela Rosso (Luján), Gustavo Arrieta (Cañuelas), Mario Secco (Ensenada) y Aldo San Pedro (Bragado).
San Pedro y Rosso, justamente, tomaron el guante que lanzó Gutiérrez durante el encuentro de este mediodía con Scioli, cuando pidió comenzar cuanto antes con la campaña Cristina 2011, sorprendiendo a la mayoría de los intendentes. El único PJ puro que se plegó fue Juan José Mussi, de Berazategui.
Gutiérrez mantiene un diálogo fluido con el secretario general de la presidencia, Oscar Parrilli, uno de los captores de aliados que hay en la Casa Rosada desde la presidencia de Kirchner. Fue Parrilli, justamente, quien definió los lugares en los vuelos a Río Gallegos.
Bonafini, siempre ruidosa en sus apariciones, lanzó una campaña de firmas para pedir la reelección de Cristina. Las rúbricas se esperarán todas las mañanas en la fundación de Madres de Plaza de Mayo, a una cuadra del Congreso.
El otro sector que se mostró bien activo desde la muerte de Kirchner es el de Nuevo Encuentro, representado por los diputados Martín Sabbatella (rival de Kirchner en las legislativas de 2009) y el socialista díscolo Ariel Basteiro.
Sabbatella publicó una carta en el diario Página 12 explicando porqué apoyará abiertamente a Cristina de Kirchner, dejando de lado el discurso de autonomía que ensayaba hasta ahora.
Basteiro fue el primero en enviar un comunicado sobre el mensaje de Cristina, quien se quebró al agradecer las condolencias recibidas por la muerte de Kirchner.
"Emocionó que transmitiera tan claramente sus sentimientos y que siga sosteniendo la convicción de seguir gobernando para todos los argentinos y para continuar construyendo un país mejor", dijo el aeronáutico.
La altisonante versión del transversalismo K la personificó además Edgardo Depetri, funcionario de la Casa Rosada, quien confirmó que asumirá la banca vacía que dejó Néstor Kirchner, que en realidad le corresponde a Dante Dovena, cuyo pliego para ser embajador de Uruguay ya fue aprobado por el Senado y sólo resta la aceptación del vecino país.
"Creo que es la decisión del Poder Ejecutivo que yo tome la banca de Kirchner en Diputados", anticipó Depetri esta tarde, para confirmar su retorno al Congreso.
La intención del Gobierno de mostrarse cercano a los aliados puros quedó demostrada ya en mismo funeral de Néstor Kirchner, en el que los gobernadores tuvieron un papel casi decorativo.
Tal es así que ninguno de ellos integró un vuelo oficial a Río Gallegos a despedir los restos, como si lo hicieron el periodista y asesor Horacio Verbitsky y el intendente de Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez.
Gutiérrez conforma el grupo de intendentes y dirigentes kirchneristas con línea propia separada del PJ y dispuesta a desafiar a los candidatos de esa fuerza en una interna. En esa cruzada lo acompaña Depetri y sus colegas Graciela Rosso (Luján), Gustavo Arrieta (Cañuelas), Mario Secco (Ensenada) y Aldo San Pedro (Bragado).
San Pedro y Rosso, justamente, tomaron el guante que lanzó Gutiérrez durante el encuentro de este mediodía con Scioli, cuando pidió comenzar cuanto antes con la campaña Cristina 2011, sorprendiendo a la mayoría de los intendentes. El único PJ puro que se plegó fue Juan José Mussi, de Berazategui.
Gutiérrez mantiene un diálogo fluido con el secretario general de la presidencia, Oscar Parrilli, uno de los captores de aliados que hay en la Casa Rosada desde la presidencia de Kirchner. Fue Parrilli, justamente, quien definió los lugares en los vuelos a Río Gallegos.
Bonafini, siempre ruidosa en sus apariciones, lanzó una campaña de firmas para pedir la reelección de Cristina. Las rúbricas se esperarán todas las mañanas en la fundación de Madres de Plaza de Mayo, a una cuadra del Congreso.
El otro sector que se mostró bien activo desde la muerte de Kirchner es el de Nuevo Encuentro, representado por los diputados Martín Sabbatella (rival de Kirchner en las legislativas de 2009) y el socialista díscolo Ariel Basteiro.
Sabbatella publicó una carta en el diario Página 12 explicando porqué apoyará abiertamente a Cristina de Kirchner, dejando de lado el discurso de autonomía que ensayaba hasta ahora.
Basteiro fue el primero en enviar un comunicado sobre el mensaje de Cristina, quien se quebró al agradecer las condolencias recibidas por la muerte de Kirchner.
"Emocionó que transmitiera tan claramente sus sentimientos y que siga sosteniendo la convicción de seguir gobernando para todos los argentinos y para continuar construyendo un país mejor", dijo el aeronáutico.
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Aníbal le baja el tono a la candidatura de Cristina
Dos días más tarde de que Timerman, Tomada y Garré instalaran la idea de reelección, el jefe de Gabinete intentó quitarle expectativa. "No es momento" de hablar de candidaturas, dijo. Y le hizo un guiño a Moyano. "Quienes somos cultores del magisterio del General hemos sostenido como bandera que el movimiento obrero organizado es la columna vertebral del peronismo", concluyó.
En política no hay nada peor que la inacción e incertidumbre y esto es lo que le sucede al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Desaparecida la voz del amo, el telefonazo con instrucciones y el temor a equivocarse, funcionarios y dirigentes están paralizados, carentes de una visión cualquiera sobre lo que deben hacer, mientras los problemas pasan debajo de sus narices y crecen peligrosamente. Hasta diríamos que extrañan los improperios y agravios de Néstor Carlos, sus malos modales para imponerse y su furia incontrolada que lo llevó a la muerte, en tanto en un rincón de la memoria y del pensamiento subsiste el temor, por un lado y, por el otro, la ahora perdida comodidad de cumplir las órdenes, acto con el que desempeñaban la formalidad del cargo que ocupan.
A horas del entierro en Santa Cruz, sólo tres hechos menores se destacaron en esta orfandad administrativa: la voz quebrada de Cristina al referirse a su marido y asegurar que se proseguirá con la política que éste impuso, la reunión de Daniel Scioli con intendentes y figuras de peso político en las bases del PJ y los insultos públicos que lanzó el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Héctor Timerman, contra la persona del vicepresidente de la República, Julio C. Cobos, un hecho del que lo menos que puede decirse es que fue improcedente, imprudente y de pésimo gusto. Sin embargo, podemos agregar el interrogante relativo a qué piensa hacer ahora que sus amigos demócratas cayeron por los votos que favorecieron a los republicanos de los Estados Unidos.
Todo está paralizado y si bien la afirmación de que se seguirá con un modelo cuyas características son ignotas ofrece un punto de partida para un futuro que no ha comenzado y la gobernabilidad navega llevada por la fuerza cambiante de un viento que todavía se mantiene generoso como una brisa suave.
Sin embargo, a la vuelta de la esquina y de los inexorables tiempos políticos, un cúmulo de problemas se agrupa para volcarse sobre una mujer debilitada por lo que le ha ocurrido y sobre un conjunto de funcionarios que también ignoran el rumbo a seguir. ¿Quién dará las órdenes? ¿Se ha explorado quién será el arriesgado economista que se anime a aceptar el cargo de ministro que inevitablemente deberá dejar Boudou? Como es lógico, cualquier candidato a ese puesto preguntará quién será el ministro del Interior encargado de coordinar con los gobernadores y explorar contactos con miras a establecer candidaturas, alianzas o enfrentamientos, pues con Randazzo, entretenido en mirar la hora en su reloj de varios miles de dólares, no alcanza. Y así sucesivamente surgen, como cataratas, las preguntas indiscretas. ¿Será Máximo Kirchner el principal asesor de su Madre...? Y si así fuera, ¿en qué y cómo la asesorará? Además de su capacidad para administrar los miles de millones de dólares acumulados por los Kirchner... ¿Tiene Máximo algún pensamiento útil dentro de su cabeza o sólo se ocupa de organizar fuerzas de choque con otros personajes kirchneristas como D’Elía, Pérsico o Milagro Sala, con miras a no sabemos qué cosa? Hasta ahora únicamente dos personas tomaron algunas previsiones. De Vido conversó con empresarios de todo orden pero, apenas concluyó de tranquilizarlos, salió de su escondite Guillermo Moreno para tentar suerte mediática, aunque sin hacer anuncios (excepto aquello de "aquí estoy, no se olviden de que existo”) pues su picardía le habrá dicho que corre el riesgo de que nadie acepte, siga o aplique sus disparates. A veces la picardía sirve para intuir que los comienzos de una anarquía adquiere formas diversas y entre ellas, la más simple: que las órdenes no son aceptadas.
Otro que ha pensado en hacer movimientos con miras a afirmarse en el poder es Daniel Scioli. Su convocatoria a los intendentes y figuras del peronismo bonaerense adquirió relieve por la exclusión de Hugo Moyano que, con la ñata sobre el vidrio, se quedó mirando desde afuera y sopesando la posibilidad de parar el país en señal de protesta pero... ¿protesta de qué...? ¿Y después...? Scioli al menos se juega a que Cristina conserve algo de poder para que lo señale como candidato a la presidencia en las próximas elecciones, previas seguridades de que montará una ingeniería que le asegure la impunidad ante lo que serán imparables avances de la justicia. Cree que Cristina adelantará los comicios apabullada por las dificultades, pero habría indicios de que no lo hará, para preservarse jurídicamente. Sin embargo, Scioli sospecha que si da seguridades de lealtad posterior para maniobrar, Cristina renunciará a su cargo previa liquidación política de Cobos, a quien le montarán problemas inimaginables para sacarlo de la escena. Los más informados dicen que Scioli deberá esperar sentado, que la ansiada candidatura nunca llegará y que en este caso sí saldrán los camiones de Moyano a romper este juego y, si lo hacen en época de cosecha, mejor que mejor, para ganar la pulseada e intentar alguna candidatura interesante en este escenario insólito en que se ha convertido la República Argentina.
El Peronismo Federal decidió desensillar hasta que aclare sin tomar iniciativa alguna. En Santa Fe, Reutemann sigue con su silencio desgastante; los gobernadores se abroquelan en sus provincias; Horacio Verbitsky ensaya un asesoramiento que todavía no encuentra receptores; los radicales sólo esperan al cada vez más lejano 2011 y las Fuerzas Armadas miran hacia adentro desde las puertas de sus unidades saqueadas por el resentimiento, la incapacidad y un futuro elaborado por el Foro de San Pablo.
Edición impresa. La primera encuesta tras la muerte de Néstor Kirchner reveló el grado de apoyo a la primera mandataria. La primera encuesta conocida tras la muerte de Néstor Kirchner reveló un fuerte crecimiento en la consideración de su sector político, porque casi el 70 por ciento de los entrevistados dijeron tener una imagen “positiva” de la presidenta Cristina Fernández, en tanto que el 44,5 por ciento aseguró que la votaría para un nuevo mandato en 2011. La consulta fue realizada por Ibarómetro, el pasado 28 de octubre, un día después del fallecimiento del ex presidente. Se efectuó mediante llamados a teléfonos fijos de mil residentes en la Capital Federal y los 24 partidos que conforman el primero y segundo cordón del conurbano bonaerense. Entre los datos más relevantes, se determinó que “un 62 por ciento” de los consultados “piensa que Cristina Fernández puede liderar el proyecto de país iniciado” por su marido, mientras que sólo el “17,9 por ciento cree que no” sería capaz de hacerlo. Unido a esta percepción, el 70 por ciento de los encuestados calificó de “positiva” la imagen que tiene de Cristina, aspecto que evaluó en forma negativa “sólo un 25,1 por ciento”. La consultora, además, observó que “la imagen positiva de la Presidenta subió 20 puntos en comparación con una medición realizada 10 días atrás,” en el mismo territorio. Más allá del 44,5 por ciento que hoy votaría a Fernández de Kirchner en 2011, en segundo lugar, pero muy por detrás, con apenas un 11,8 por ciento de las preferencias, apareció el vicepresidente Julio Cobos. Luego le sigue Mauricio Macri con el 10,1 por ciento, el ex presidente Eduardo Duhalde con el 8,1 por ciento y Fernando Pino Solanas con el 3,8 por ciento. La presidenta de Ibarómetro, Doris Capurro, interpretó que, “valga la paradoja”, la muerte de Kirchner “revitalizó” a su sector político, aun que recordó que su imagen y la del gobierno “venían subiendo en forma ininterrumpida en los últimos meses”, lo que implica que “se aceleró esa curva de crecimiento”. Capurro también destacó que los datos obtenidos en la encuesta permiten interpretar que el fallecimiento de Kirchner “borra el supuesto techo de crecimiento del Kirchnerismo y plantea desafíos difíciles a la oposición”. Fuerza CRISTINA el 2011 es de los peronistas, vamos a reventar las urnas. Todos juntos debemos destruir la cordillera de privilegios, que tanto daño le hizo al pueblo argentino.
Hasta la vista Baby