El juez Claudio Bonadio dispuso un tercer allanamiento a la obra social de los camioneros y le dio al vínculo entre Kirchner y Moyano la última dosis de pólvora que le faltaba. El magistrado investiga maniobras entre la entidad del gremio del líder de la CGT y Droguería Urbana cuyo dueño, Marcos Daniel Hendler, aportó a la campaña de Cristina Kirchner en 2007.

El procedimiento ocurrió el martes pasado y el entorno del camionero lo leyó como una nueva presión del gobierno para encolumnar al camionero que viene demostrando por lo bajo progresivos gestos de autonomía. La respuesta no se hizo esperar, Moyano exigió un aumento del mínimo imponible del impuesto a las Ganancias con un argumento doloroso: “No puede ser que los aumentos de los trabajadores se los lleven los impuestos”. O sea, la caja que administran los Kirchner. Ayer reiteró el reclamo.

Este pedido se enlaza con otro que golpea sobre el mismo flanco, Moyano exige que el Tesoro devuelva los $ 4000 millones que reclaman las obras sociales por aportes mal contabilizados y que los Kirchner atesoran en una cuenta del Banco Nación.

Esta última demanda provocó un encontronazo entre la Presidenta y Hugo Moyano el 19 de febrero pasado. Cuando ella dijo: "Tenemos que cuidarnos con la devolución de ese dinero porque ustedes, Hugo, tienen mala imagen". El camionero contestó, irreverente: "Los que tienen mala imagen son vos y tu marido". La dueña de casa levantó de inmediato la reunión. Recién el viernes pasado se pudo volver a tocar el tema. Pero los gremialistas no se llevaron una solución, a pesar de que están dispuestos a cobrar con títulos públicos. "Queremos que a los trabajadores nos den el mismo trato que a los fondos buitre", ironizó uno de ellos, según relata hoy Carlos Pagni en La Nación.

En este ajedrez al límite, el camionero también responde en el plano político. Ya anunció a la estructura que está armando en la provincia detrás de su candidatura que se preparen para competir en todos los distritos en las internas del PJ. De ahí a proclamar su autonomía del comando de Néstor Kirchner hay un paso.

¿Oyarbide en Olivos?

Como se ve en la investigación sobre la mafia de los medicamentos que realizó la Coalición Cívica (ver archivo adjunto), en la obra social de los camioneros se descubrieron maniobras similares a las que llevaron a la cárcel al líder de los bancarios Juan José Zanola. Moyano, que desconfiaba de los jueces, ahora sospecha de Kirchner. Según comenta Pagni al camionero le llegó la versión de que, en octubre pasado, Norberto Oyarbide visitó Olivos y que allí Kirchner le exigió que lo sobreseyera de la imputación de enriquecimiento ilícito; le aclaró también: "Zanola no es mío". Y le solicitó que con Ricardo Jaime "haga lo que pueda".

De ser cierto este relato se confirmarían las peores sospechas del líder de la CGT, que como muchos de sus predecesores, Néstor Kirchner utiliza a la justicia federal para regular su vínculo con el movimiento obrero.