El reelegido presidente provisional del Seado, José Pampuro, volvió a marcar una sutil diferencia con el kirchnerismo y el jefe de esa bancada Miguel Angel Pichetto, cuando afirmó que “no caen bien en la gente” maniobras como la retirada del recinto de la bancada oficialista.
Detrás de estos comprensibles gestos en un hombre que aspira a continuar en la política más allá de los Kirchner, repta un conflicto más profundo y gravoso para la Casa Rosada que las simples declaraciones a los medios.
Es que la oposición está logrando meter una cuña interesante en el oficialismo con su idea de reformar el impuesto al cheque para pasar del actual 15 por ciento a un 50 por ciento, el porcentaje de lo recaudado que se comparte con las provincias.
El autor de una de las iniciativas se mueven en ese sentido es el pampeano Juan Carlos Verna. Pero acaso el dato más interesante lo entrega en su columna de hoy Joaquín Morales Sola, quien revela que esta idea seduce a distintos peronistas y “arios senadores oficialistas están, incluso, con un pie fuera del kirchnerismo; son cuatro”.
Es que en una época de economías provinciales asfixiadas y caja –todavía- abultada en el poder central, no es de extrañar que gobernadores –incluso oficialistas- estén instruyendo a sus senadores sobre las bondades de modificar el reparto del impuesto que creó Domingo Cavallo y todavía nadie se atrevió a derogar, pese a su evidente sesgo regresivo.