"Estoy dispuesta a morir para que sigan escribiendo las mismas mentiras que escriben en su diario, con la libertad que lo hacen siempre", le contestó visiblemente alterada Cristina Kirchner al periodista de Clarín Guido Braslavsky. El periodista le preguntó si consideraba que la muestra de civismo político que dieron oposición y gobierno en las recientes presidenciales de Chile le merecía alguna reflexión de tipo conceptual.

Furiosa, Cristina Kirchner, quien ofreció en el Salón Sur de la Casa Rosada una conferencia de prensa para anunciar que había decidido cancelar su viaje a China (ver nota vinculada), comenzó chicaneando al periodista de Clarín: “Así que usted considera conceptualmente que los chilenos son mejores que los argentinos”.

Luego, la Presidenta eludió toda posibilidad de autocrítica y como es habitual cargó sobre la espalda de la oposición todas las culpas. Detallo en ese sentido una serie de faltas de cortesía sufridas por ella y su marido: “cuando Kirchner ganó la elección del 2003 sólo lo felicitó López Murphy; y cuando gané yo el único que me llamó ya varios días después y por teléfono fue Lavagna”, recordó.

“Usted se imagina a algún diputado de la oposición de Chile mandando cartas a embajadas extranjeras advirtiendo que se cae todo”, le preguntó al periodista, en referencia a una polémica iniciativa que en su momento concretó Elisa Carrió.

El enorme fastidio de la Presidenta con Braslavsky no es gratuito. Hoy mismo -ver nota vinculada- este periodista señaló en una interesante crónica lo descolocada que quedó la administración de Cristina Kirchner ante el triunfo del candidato de derecha en Chile, Sebastián Piñera. También es verdad que no sólo Clarín, sino la mayoría de los medios, subrayaron el grado de civismo y buenos modales que signó el proceso electoral chileno, en contraposición al estilo “crispado” de los Kirchner.

Como sea, una vez que arrancó la Presidenta lanzó un largo discurso totalmente extemporáneo –en relación a la pregunta del periodista-, en el que se dedicó a cuestionar al diario Clarín, a sus directivos y a su dueña Ernestina Herrera de Noble. Según fuentes consultadas por La Política Online, si bien es posible que la pregunta haya irritado a la Presidenta, su respuesta distó de ser motivo de un arranque y por el contrario estuvo estudiada, preparada y tal vez, hasta ensayada.

La hipótesis no es descartable, ya que al tratarse de una conferencia de prensa, el equipo de comunicación de la Presidenta seguramente previó la contingencia de una pregunta por parte de algún periodista de Clarín –que mantiene un conflicto abierto con la Casa Rosada-, y deben haber conversado sobre que respuesta brindar en ese caso.

Así las cosas, sin que medie interrupción alguna, la Presidenta pasó a recitar un largo ataque al grupo en el que escaló el conflicto hacia una posición que su esposo hasta ahora se había cuidado de no tocar en sus ataques públicos al grupo. Esto es la polémica por el origen de los hijos de Ernestina Herrera de Noble, que enfrentan un juicio propiciado por las Abuelas de Plaza de Mayo, que sospechan se trata de menores hijos de desaparecidos entregados por la Dictadura militar.

"Nunca estuvimos con un gobierno militar, nunca recibimos nada de un gobierno militar, estamos seguros de nuestros hijos", afirmó la Presidenta ante un azorado Braslavsky.

Luego del cruce con el periodista de Clarín quedó tan enojada, que restaban dos preguntas _una de La Nación y otra de C5N- que increpó a su secretario: "A ver secretario, cómo es posible, digame cuantas preguntas fueron", afirmó. "Ocho" le contestaron. "Habíamos quedado que eran cinco, pero bueno, voy a responder estas que faltan, estoy demasiado abierta", agregó.

El show de Di Sandro

Antes del cruce con el periodista de Clarín, Cristina tuvo un choque mucho más ameno y maternal con Roberto di Sandro, del decano de los periodistas de la Casa Rosada, que está en esa sala hace décadas.

El cruce surgió cuando el celular de Di sandro comenzó a sonar con el particular ringtone de la Marcha Peronista. "Dejelo, a mi no me molesta, aunque supongo que a varios le va a producir urticaria", dijo divertida la Presidenta.

Mientras Di Sandro intentaba contestar, el teléfono seguía sonando, así que el periodista murumoró "lo voy a tirar por la ventana". "No, no lo haga, dejelo Di Sandro", lo chicaneaba divertida la Presidenta. Luego el periodista se enredó en una pregunta sobre Julio Cobos. "¿Eso es una pregunta? ¿usted dónde estuvo durante la conferencia?", siguió mortificándolo la Presidenta.

"Buenos, esta bien, si ya esta contestada esta bien", cerró el inesperado sketch, el periodista. Minutos después, la sala se cargaría de tensión.