Cuando un poder político que supo ser hegemónico empieza a desmoronarse, quienes fueron aliados circunstanciales comienzan a tomar distancia. Salvo aquellos que por razones financieras quedan atados a quien ya no ejerce un poder político pero todavía maneja las cuentas de la Nación. Esa atadura es la que hoy mantiene a muchos gobernadores. Entre ellos, el entrerriano Sergio Uribarri.

A diferencia de los representantes del peronismo de la región centro, que salieron en defensa de su provincia y sus productores agrarios –como Carlos Reutemann en Santa Fe o Juan Schiaretti en Córdoba-, Uribarri fue el que se mantuvo firme al lado de la Casa Rosada. Igual postura asumió su par chaqueño, Jorge Capitanich. De hecho, fue su antecesor en la gobernación, Jorge Busti, quien tuvo que tomar esa posta.

Otro dato crucial lo dio su presencia de ayer en el acto de presentación de candidatos del Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires. Aunque nada tenía que ver con la provincia que gobierna, Uribarri viajó a La Plata y compartió el palco que tenía como figura principal a Néstor Kirchner. De hecho, en el ámbito político son muchos los que, al nombrarlo, lo ubican como segundo en el ranking de fidelidad a la corona K. el primero, claro está, es el aún indefinido “testimonial” Daniel Scioli.

Ante este mapa, hay un hilo que uno a los tres, el bonaerense, el chaqueño y el propio Uribarri. Ese hilo, es la neta dependencia de sus provincias de la chequera del gobierno nacional, la única capaz de cubrir el déficit financiero en sus respectivas cuentas provinciales.

Cuentas en rojo

La idea de Kirchner de adelantar las elecciones responde a una simple lógica. El debilitamiento de su poder va en camino de profundización y llevar a octubre podría haber sido catastrófico. Pero la jugada tiene su mirada provincialista: son muchos los gobernadores que después del 28 de junio deberán transformarse en malabaristas para sanear las cuentas públicas.

En el caso de Chaco, La Política Online ya detalló cómo desde Buenos Aires cubren el grueso rojo financiero del Banco de la provincia, ante fuertes denuncias de “vaciamiento” en manos de la administración Capitanich. En el de la provincia de Scioli, no hace falta entrar mucho en detalles. En Santa Fe, donde manda un gobernador “no alineado”, como el socialista Hermes Binner, el diputado provincial Federico Reutemann ya advirtió que “no creo que puedan pagar los sueldos a los trabajadores públicos dentro de dos meses”

En Entre Ríos, el pasivo mensual asciende a unos 30 millones de pesos. Así lo tuvo que reconocer el propio ministro de Economía, Diego Valiero, quien además ahora intenta contener la presión de los empleados públicos luego de que Cristina Kirchner anunciara un aumento para los estatales del 15%. Pero desde la oposición afirman que ese número es mentiroso, y que podría llegar hasta los 45 millones.

Valiero está reconociendo ya a los empleados lo que adelantaron voceros provinciales a La Política Online: “Hoy, es imposible un aumento de sueldos”.

Pero la cosa es aún más preocupante. Sin la ayuda de Kirchner, Uribarri no puede pagar los sueldos. Todo esto, mientras en la provincia ayer hubo movilizaciones, los docentes continúan con paros desde que empezó el años, al igual que los reclamos salariales de los empleados judiciales y los públicos y el estado de asamblea en que se mantienen los gremios ATE y UPCN.

“La provincia está desfinanciada y sólo depende de las buenas relaciones con los Kirchner”, confesó a este medio un diputado opositor. “Cómo hasta ahora esas relaciones son carnales, la plata llega y cubren el déficit. En cuando eso tambalee, nos va a pasar los mismo que a Schiaretti”, cerró con preocupación.

Respuesta entrerriana

Desde Entre Ríos intentan minimizar la situación y afirman que las finanzas provinciales están muy lejos del rojo. De hecho, hablan de una importante deuda de la Anses, situación similar –que incluso todavía hoy siguen reclamando- a la que vive Córdoba, castigada con el envío de dinero por el kirchnerismo.

Según explicaron a este medio, hay acreencias que tiene la provincia con la Nación, porque Entre Ríos no transfirió su caja de jubilaciones”. A partir de esto, la provincia realiza una especie de “doble aporte” –siempre según el vocero- porque tiene la caja jubilatoria en su poder y le descuentan para financiar caja de otras provincias.

La información entregada afirma que se firmó un convenio durante la gestión de Busti con la Anses para cubrir ese déficit, pero que no se entregaron los fondos ni en 2006, ni 2007, ni 2008. Esto generó un crédito de Entre Ríos con la Anses. Por esto, “hace 3 meses enviaron 150 millones y se logró borrar el déficit”, tuvieron que reconocer.

Por algo también, es que el gobernador Uribarri tuvo que salir a buscar una alianza con su antecesor y unificar listas de cara a las próximas elecciones. Busti, aunque crítico del gobierno, le hizo un guiño desistiendo de llevar listas propias, lo que hubiese dividido el voto peronista. Su esposa, María Cristina Cremer de Busti, selló esa alianza con su integración como candidata, incluso cuando aún le quedaban dos años de gestión como diputada nacional. Es que, como dicen, el apellido tira.