La aparición de María Victoria Flores como segunda candidata a senadora del kirchnerismo detrás de Eduardo Acastello, abrió un enorme abanico de sospechas e interrogantes en Córdoba. Todas apuntan a su madre, Olga Riutort, dirigente del peronismo provincial y ex esposa del ex gobernador, José Manuel de la Sota.

La joven de 31 años, una vez confirmada, salió a despegarse un poco del sello K. Dijo que ante todo "es peronista, no K o anti K" y adjudicó la aceptación a esta nominación nacional casi con exclusividad a la figura de Acastello, intendente de Villa María y hoy una de las escasas presencias políticas cordobesas que permanecen fieles a Néstor Kirchner. "Él representa la mejor opción para el peronismo local y para los cordobeses en general", aseguró Victoria.

Pero decir que su aparición como candidata del kirchnerismo -al que todos los sondeos le auguran un cómodo cuarto lugar arañando hoy los 8 puntos- no generó dudas sería mentir. Sobre todo, para los que conocen la interna del PJ cordobés y el juego abierto que desarrolló su madre mientras se dirimían las listas, tanto del kirchnerismo como las del gobernador Juan Schiaretti.

Riutort lidera el PJ de la capital provincial, el cual rompió con Schiaretti cuando se negó a bajar la candidatura del ex defensor del Pueblo, Eduardo Mondino, a la senaduría.

Coqueteo cordobés

La ex mujer del “Gallego” De la Sota había coqueteado con el oficialismo, pero pedía ser primera candidata a senadora, reemplazando a Mondino, figura muy cuestionada por el peronismo provincial. Pero Schiaretti se negó rotundamente.

"Por pedido del gobernador, le ofrecí alguno de los tres primeros lugares en la lista de diputados. Pero ella sólo quería que bajáramos a (Eduardo) Mondino, para poder encabezar la lista de senadores. Decidió priorizar sus intereses personales, por sobre los de todo el peronismo de Córdoba", aseguraba hace unos días el secretario General de la Gobernación, Ricardo Sosa.

La respuesta de Riutort lejos estuvo de tomar un perfil conciliador: "Me llegó un mensaje por interpósita persona. La última reunión que tuvimos fue en mi casa, hace tres semanas. Dejé muy clara mi posición. No busco un cargo. Quiero que haya debate y consenso en el peronismo para nominar a los candidatos. El gobernador eligió a dedo a un candidato como Mondino, a quien no conoce nadie y que hace 10 años no milita en política".

Estas declaraciones fueron en torno al desarrollo del Congreso del PJ cordobés, el cual tuvo lugar el sábado 25 de abril en la bella cuidad de Villa Carlos Paz. Ahí, justamente, Riutort había disparado munición gruesa contra Néstor Kirchner y la política de la Casa Rosada. Pero también contra Mondino, de quien dice a quien quiera oír que “está muerto en las encuestas”.

Desde el PJ, Francisco Fortuna, primer candidato a diputado de Schiaretti, replicó: "Riutort dijo que Schiaretti y Mondino simulaban una pelea con los Kirchner y que ella se oponía en serio (al Gobierno nacional). Entonces sorprende que ahora forme parte de esa lista a través de su hija. Los Kirchner compran voluntades y no es extraño que en este caso hayan seguido ese procedimiento".

El viaje de Jaime

La aparición de la joven “Tory” Flores en la boleta K tendría razón de ser por un pedido especial de Néstor Kirchner. De hecho, en el peronismo cordobés que se mantiene firme en la línea del kirchnerismo insisten con que sumar a la hija de Riutort “fue una pésima estrategia”, ya que no sólo no suma en las encuestas sino que, además, tampoco ofrece mejoras en la suma territorial -“lo lógico hubiese sigo integrar la lista con intendentes y asi complicar a Schiaretti”, entienden-.

Peso propio

En los comicios de setiembre de 2007 Riutort se postuló a intendenta de Córdoba por afuera del justicialismo, trepó a 118 mil votos, salió tercera y relegó al cuarto puesto a la lista oficial del partido.

Fuentes cordobesas confirmaron a La Política Online que el propio ex presidente se comunicó con Riutort el viernes por la tarde. Allí, tras un largo diálogo, hubo acuerdo.

Pero, aclaran rápido, “la Olga no es una mujer barata”. Para responder a esa característica, el ex presidente habría enviado nada menos que a Ricardo Jaime, ex ministro de Educación de Córdoba y uno de los pocos dirigentes de esa provincia influyente en el gobierno nacional.

El viernes a última hora, Jaime puso pie en Córdoba Capital con, dicen llanamente, “una valija bastante pesada”. Lo que no supieron aclarar es si el secretario de Transporte pagó el vuelo o si utilizó pasajes especiales de empresas contratistas del Estado, cuestión por la que está siendo investigado.