Lejos, lejísimos de aquellas erróneas conferencias matutinas, Jorge Capitanich está feliz. Anoche, con una caravana de ocho kilómetros cerró su campaña para intendente de Resistencia, donde gobierna la radical Aída Ayala, candidata a sucederlo en la gobernación.

Las últimas encuestas lo dan hasta 30 puntos por encima de Leandro Zdero, el candidato que puso a dedo Ayala, enfrentada con el senador Ángel Rozas, viejo jerarca del radicalismo chaqueño.

Asesorada por Jaime Durán Barba, en su afán de ser gobernadora Ayala intentó renovar su imagen y está cerca de dejar a la UCR sin la provincia y la capital por primera vez en décadas.

Completó la fórmula con Bruno Cipolini, de 29 años, hijo del intendente de Sáenz Peña. E ignoró a todos los peronistas furiosos con Capitanich que le fueron a pedir asilo.

Las encuestas en mano, en la Gobernación dicen que en Resistencia Ayala sólo aventaja por 5 puntos al presidente del Instituto de Vivienda Domingo Peppo, candidato a suceder a Coki.

Pero Peppo saca la diferencia en el resto de los distritos y el domingo terminaría hasta 10 puntos arriba de Ayala. “Aída sólo mide en Resistencia y Barranqueras. En el resto pierde por mucho”, celebran en el cokismo.

Peppo tendrá una interna testimonial. Enfrentará al diputado José Mongeló, quien lleva al sacerdote Jorge Lestan y su esposa Celeste Segovia de candidata a intendente. Y al candidato oficialista es Germán Bittel, hijo del ex compañero de fórmula de Luder.

Menos ambicioso que Mongeló, tendrá a Capitanich como intendente en su boleta, un dato nada menor porque el gobernador logró que la justicia habilite su foto en la boleta. Es la forma de ser el electora de Chaco, el domingo y en las generales el 20 de septiembre.