Tras casi dos años de silencio, en junio pasado el ex diputado nacional Julio Arriaga avisó que retornaría a la política de Río Negro. Lo hizo a través de su ex protegido, el gobernador Alberto Weretilneck. “Tiene ganas. He estado hablando con él. El lugar será el Frente Grande, donde siempre estuvo”, vaticinó el ahora massista.

Fue un acierto a medias de Weretineck. Es que el ex legislador kirchnerista efectivamente volverá al ruedo político, pero no en el maltrecho Frente Grande. Arriaga tiene todo cerrado con el PRO de Mauricio Macri, que lo tienta para que encabece la boleta a gobernador.

El acuerdo entre Arriaga y el macrismo se cerró anoche en la Ciudad de Buenos Aires, durante un encuentro que mantuvo con el ministro de Gobierno porteño y armador nacional del PRO, Emilio Monzó, confirmó LPO.

En su afán de encontrar referentes provinciales para sostener la candidatura presidencial del Jefe de Gobierno porteño, el macrismo pretende que Arriaga se sume a la carrera por la gobernación, aunque no estaría del todo convencido y analiza la opción de ir por el PRO pero en su distrito.

Es que en principio la intención de Arriaga era volver a pelear por la intendencia de Cipoletti, localidad que gobernó entre 1995 y 2003, año en que le abrió el camino a su entonces secretario de Gobierno: Alberto Weretilneck. Sus chances serían muy buenas en la ciudad que ahora conduce Abel Baratti.

Arriaga fue candidato a la gobernación en 2003, en una alianza por fuera del peronismo y el radicalismo. En 2005 fue electo diputado en una boleta del kirchnerismo. Su amorío con los K terminó en 2008, tras un fuerte chispazo por la crisis del campo. Arriaga fue uno de los díscolos que no apoyaba la 125, pero a último momento terminó aprobando el proyecto oficial. Al poco tiempo se arrepintió y se fue junto del bloque a Felipe Solá y otros. En 2011, se alió al radicalismo K y fue candidato a vicegobernador pero perdió con la fórmula de Carlos Soria y Weretilneck.

El PRO rionegrino tiene como referentes al legislador provincial Claudio Lueiro y a Daniel Pardo, presidente del partido. Ambos eran dirigentes del Partido Provincial Rionegrino, una fuerza absorbida por el macrismo. Lueiro compitió sin éxito el año pasado para la intendencia de Bariloche, en la primera experiencia del PRO en la provincia.

En estos días, los referentes del PRO y el propio Weretilneck debieron salir a aclarar que no hay ningún acuerdo, una versión que surgió tras la designación por parte del gobernador de un funcionario ligado a Lueiro. “Hablar de un acuerdo con el PRO es una operación barata”, se quejó el mandatario massista.

“En tiempos preelectorales, muchos son los rumores que se echan a correr para ensuciar o desprestigiar a dirigentes o fuerzas políticas”, dijo por su parte Pardo.