Jorge Sapag no es el mismo que hace una semana. El domingo ganó su lista en la interna del Movimiento Popular Neuquino y ayer volvió a la Casa Rosada para negociar una ley de hidrocarburos con Cristina Kirchner que parecía tener destino judicial.

Con su poder ratificado en la provincia y su puesta en valor en el sector energético, el gobernador de Neuquén intenta fortalecerse como un aliado clave de Daniel Scioli. Apuesta a ser su compañero de fórmula o, en tal caso, tener un lugar clave en la próxima YPF.

Sapag no puede ser reelecto pero participará de la discusión por su sucesión, donde ya se anota a su ministro Omar Gutiérrez y su hermano Luis Sapag, los ganadores de la interna del domingo frente al sindicalista petrolero Guillermo Pereyra.

También se lanzaron l ex mandatario Jorge Sobisch y la dupla de la diputada Alicia Comelli y la senadora Lucila Crexller.

La ardua discusión de la ley de hidrocarburos enfrentó a Sapag con Miguel Galuccio, quien intenta que las empresas provinciales como Gas y Petróleo de Neuquén (G & P) no puedan asociarse con las compañías que exploten los yacimientos.

Como explicó LPO, según la diputada neuquina Beatriz Kreitman los contratos petroleros en la provincia derivan parte de los fondos a la Fundación Alejandría, manejada nada menos que por el ministro de Energía de la provincia, Guillermo Cocco. Está claro que a Sapag le interesa no alejarse del tema, cuando ya no sea gobernador.

Es que el MPN gobierna la provincia hace cuarenta años y aunque siempre tuvo buena sintonía con el pode de turno en la Casa Rosada (a excepción de la recordada pelea de Sobisch con Kirchner), pocas veces le dieron despacho en Casa Rosada.

Si lo tiene otro neuquino: Oscar Parrilli, secretario general de Cristina e histórico dirigente del PJ. Fue Parrilli, según pudo saber LPO, quien trazó lazos con el MPN para que la sangre no llegue al río y vuelvan las negociaciones con los gobernadores por la ley de hidrocarburos. A Cristina la había convencido su necesidad de conseguir dólares tras la declaración de default.

Parrilli, además, es uno de los encargados de mantener el vínculo entre el Gobierno y el Congreso y sabía que romper con las provincias petroleras dejaría al Gobierno al filo de perder el quórum en las dos cámaras. Por si fuera poco, en caso de obtener la ley de hidrocarburos, Sapag la objetaría ante la Corte Suprema. No había negocio.

El gobernador neuquino se reunió ayer con Carlos Zannini y aseguró que Cristina estaba dispuesta a negociar un nuevo texto que contemple los reclamos de los gobernadores, quienes se niegan a enterrar sus empresas provinciales y resisten límites impositivos que les quiere imponer Cristina y Galuccio. 

Como adelantó LPO, las conversaciones ya estaban avanzadas y evaluaron hacer un primer anuncio hoy, aunque finalmente prefirieron esperar. 

“El Gobierno nacional me ha asegurado a través de distintos funcionarios que están elaborando un proyecto nuevo que va a ser puesto a consideración del Parlamento, y de los gobernadores también, en las próximas semanas”, dijo ayer el gobernador.

“Estoy conforme porque están considerando las apreciaciones que hicimos desde las provincias acerca de la Ley Corta y, fundamentalmente, la distribución de la renta petrolera y la defensa de los dos aspectos: las autonomías provinciales y la soberanía hidrocarburífera nacional. Hay que saber compatibilizar y hacer una ley equilibrada donde sea ganar-ganar para la Nación, las provincias y los Municipios”. 

En el entorno aseguraban que el acuerdo entre YPF y Petronas para explotar Vaca Muerta incluía un carryng para GyP. YPF no lo confirmó.