La marcha atrás de Jair Bolsonaro luego de amenazar a la Corte Suprema en los actos del día de la independencia es el principal tema de debate público en Brasil.
Hay dos razones bien concretas para entender esta marcha atrás: el avance de los partidos de centroderecha en favor de un juicio político y la crisis económica que alimenta el discurso radicalizado de Bolsonaro.
Por eso, los mercados reaccionarios favorablemente a la carta de este viernes donde el Presidente moderó su discurso y dijo que respetaba al resto de los poderes del Estado. Fue una marcha atrás forzada por el fuerte malestar entre el poderoso establishment económico de Brasil, que al inicio de la presidencia de Bolsonaro lo apoyó mayoritariamente y ahora lamenta la pérdida de rumbo del Gobierno.
La radicalización política de Bolsonaro daña las proyecciones económicas de Brasil
El propio ministro de Economía, Paulo Guedes, reconoció el problema en una charla con banqueros. "¿Puede todo este ruido sobre las instituciones y la democracia afectar nuestra economía bien posicionada, en el sentido de que estamos listos para avanzar nuevamente? Mi respuesta es que puede hacer mucho ruido, ralentizar el crecimiento. Pero no cambia el rumbo [de la política económica], estamos en la dirección correcta", dijo Guedes ante ejecutivos del banco Credit Suisse, según reveló Folha de San Pablo.
Las turbulencias económicas no se expresan solo en la confianza financiera sino también en la economía real. LPO anticipó, a principios de esta semana, que la radicalización de Bolsonaro complicaba las proyecciones económicas de Brasil y el país se encuentra en un momento de estancamiento económico e inflación empujado, entre otras cosas, por la privatización de Eletrobras y el incremento de un 30 por ciento de la tarifa de luz que se proyecta par el 2022.
Los principales medios brasileños se hicieron eco de esto y publicaron editoriales lapidarios en el que señalaron el "efecto desastroso" de Bolsonaro en la economía, que vive un marcado aumento de dólar y una inflación de diez puntos anual, una enormidad para Brasil.
LPO consultó al economista, Paulo Dutra Constantin, economista brasileño y profesor de la Universidad de Mackenzie, quien consideró que "Bolsonaro ganó con la promesa de reducir el déficit, respetar el tope de gasto público y privatizar las empresas estatales pero esa agenda se cumplió a medias".
A su vez, los movimientos internos en el Gabinete de Bolsonaro muestran más centralidad de ala militar y el Centrao que juegan un rol clave en dotar de gobernabilidad al oficialismo y priorizan políticas que generen más rédito electoral. Eso desplaza la agenda liberal de Guedes y lo deja con un rol desdibujado en las decisiones de Estado.
En este punto, Dutra Constantin, aseguró "Bolsonaro no entiende de economía y no tiene proyecto estratégico". "Como militar y diputado siempre fue un representante del sector público y por eso impidió que Paulo Guedes avance en una reforma previsional más profunda", añadió el economista.
Sobre los proyecto de reformas inconclusos, Dutra Constantin, señaló que "la reforma administrativa que buscaba achicar el tamaño del Estado no se implementó porque no se requirió de una reforma constitucional y no llegó a los 3/5 de los votos en el Congreso. En el caso de la reforma tributaria, sólo se limitó a impuestos municipales y de servicios sobre productos industrializados".
El economista también criticó las intervenciones del Presidente en Petrobras, en donde sacó a un hombre de Paulo Guedes para poner un militar, por "tratar de evitar un ajuste de precios que le hubiese perjudicado la relación con los camioneros y su base electoral".
Con Petrobras, los militares ya controlan el 30 por ciento de las empresas públicas
"Quiere mantener empleo estatal para lograr el apoyo electoral, es un populista y con eso Guedes pierde espacio para implementar la agenda liberal. No tiene ninguna intención de avanzar en más privatizaciones porque si no es electo, termina preso, tanto él como sus hijos", agregó.
Dutra Constantin remarcó que "Guedes está desacreditado y el mercado está dejando de confiar porque solo presenta propuestas que no se cumplen. Es un gobierno que se arrastra, no estamos peor porque hay un masivo proceso de vacunación, pero vamos a una inflación que llegará a los dos dígitos por el aumento de los commodities y el descontrol de la política fiscal brasileña, además de una crisis hídirica que aumenta el costo del agua y la energía eléctrica".
"Más allá de la buena aceptación que tuvo la carta en el mercado, Bolsonaro trabaja todo el tiempo para empeorar las condiciones económicas del país", finalizó el economista de la Universidad Mackenzie.
En efecto, la crisis de Bolsonaro no termina con la carta de moderación. El líder brasileño tuvo que acudir al líder del MDB y ex presidente Michel Temer (con quien se presume tiene un acuerdo político) para dialogar en mejores términos con el juez de la Corte Suprema Alexandre De Moraes.
Se trata del juez que en la movilización de esta semana Bolsonaro amenazó y pidió echar del máximo tribunal. Este juez es cercano a Temer y será el presidente del Tribunal Electoral el año que viene, cuando Bolsonaro compita por su reelecció. El acercamiento a Temer acaso también buscó contrapesar las decisiones del PSD y PSDB de apoyar su impeachment.
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