En medio de la preocupación por la posibilidad de que la variante Delta ya esté en fase de circulación comunitaria, Argentina tiene más de 8 millones de vacunas contra el coronavirus sin aplicar. Esto a pesar de que el ritmo de la campaña de vacunación volvió a bajar en la última semana, en línea con lo sucedido en agosto.

En los últimos días el gobierno nacional logró reactivar la llegada de vacunas, que se había frenado por las restricciones aplicadas en China y por los nuevos incumplimientos de Astrazeneca y Hugo Sigman, que recién aportaron un lote de 381 dosis la semana pasada. Pero sobre el cierre de la semana llegaron algo más de 2,3 millones de vacunas de Sinopharm y un lote de 400 mil dosis de Astrazeneca donadas por España.

Con esas dosis, el gobierno informó que ya superó las 47,5 millones de vacunas recibidas desde diciembre del año pasado. De ese total, ya fueron distribuidas 43,8 millones a las provincias y la Ciudad de Buenos Aires.

Sin embargo, de acuerdo a los datos del Monitor Público de Vacunación del Ministerio de Salud, hasta el domingo se habían aplicado poco más de 39,1 millones de dosis. Es decir que en estos momentos Argentina cuenta con alrededor de 8,4 millones de vacunas sin aplicar.

"Es una barbaridad tener tantas dosis guardadas en la heladera, es un fracaso del sistema. La mejor vacuna es la que está en el brazo y la peor es la que está guardada", se quejó el infectólogo Eduardo López, quien viene pidiendo modificar la estrategia de reparto de vacunas y aumentar los vacunatorios para llegar a más gente.

Los incumplimientos de AstraZeneca y Sigman vuelven a complicar la campaña de vacunación

Ese stock de vacunas se da a pesar de que el ritmo de la vacunación volvió a caer en la última semana, una constante desde el pico de fines de julio. 

En la semana entre el lunes 16 y el domingo 22 de agosto se aplicaron poco más de 2 millones de vacunas y el promedio de vacunación diario fue de 286 mil dosis. 

Esto implica una caída del 8 por ciento respecto a la semana del 9 al 15 de agosto, cuando el promedio diario de vacunas aplicadas fue de 311.141. Es decir que se aplicaron unas 25 mil dosis menos por día.

La primera semana de agosto, entre el lunes 2 y el domingo 8, el promedio de vacunación diario había sido de 328.056 dosis, mientras que la última semana de julio se había llegado a 351.350.

"Argentina tiene una obligación y una necesidad de aumentar el ritmo de vacunación. Y esto es clave, porque no podemos discutir la tercera dosis cuando no tenemos la segunda", afirmó López. "Los vacunatorios los sábados y domingos o atienden poco o están cerrados. Porque de las 300 ó 400 mil dosis, los fines de semana cae a 100 ó 120 mil", agregó.

Esta caída del ritmo de vacunación se da en parte por los problemas para completar los esquemas de vacunación con la Sputnik pero también en los últimos días con AstraZeneca y Sinopharm por el faltante de dosis. Se supone que en esta semana comenzaría a cubrirse ese bache.

Asimismo, el enorme stock de vacunas se da pese a que distritos como la Ciudad de Buenos Aires o La Pampa aplican el total de las dosis que reciben y otros como Misiones retienen una enorme cantidad de dosis. 

Es por eso que algunos especialistas ya plantean la necesidad de cambiar la estrategia de distribución de las vacunas, que el Gobierno nacional mantiene de forma equitativa entre todas las provincias. Esta idea implicaría priorizar por el período inmediato a los distritos que no tienen o tienen un stock muy bajo de vacunas.