El Papa Francisco inició una gira de cuatro días por Irak cargada de gestualidades y un enorme riesgo. El viaje tiene como objetivo promover la paz y  proteger la asediada comunidad cristiana en el país islámico que hace poco tiempo estaba bajo control del Estado Islámico. 

Se trata de un escenario tenso a nivel local y regional y expone las piezas de rompecabezas geopolítico de complejo armado que concentra los intereses de las potencias más importantes del planeta. 

Uno de los primeros mensajes del Papa tras pisar suelo iraquí fue: "Que se ponga fin a los actos de violencia y extremismo, de facciones e intolerancias". Su estadía en el país terminará el lunes tras recorrer 1.445 kilómetros, especialmente por aire, para evitar las zonas controladas por los yihadistas.

En otro fragmento de su discurso en el Palacio Presidencial de Bagdag, pareció enviarle un mensaje al cuestionado presidente Barham Salih: "Que cesen los intereses particulares, esos intereses externos que son indiferentes a la población local".

La diversidad religiosa, cultural y étnica que ha sido uno de los distintivos de la sociedad iraquí durante milenios, es un recurso precioso, no un obstáculo a eliminar. Irak está llamado hoy a mostrar a todos, especialmente en Medio Oriente, que la diversidad, en vez de dar origen a conflicto, debería conducir a una cooperación armoniosa de la vida en sociedad.

"La diversidad religiosa, cultural y étnica que ha sido uno de los distintivos de la sociedad iraquí durante milenios, es un recurso precioso, no un obstáculo a eliminar. Irak está llamado hoy a mostrar a todos, especialmente en Medio Oriente, que la diversidad, en vez de dar origen a conflicto, debería conducir a una cooperación armoniosa de la vida en sociedad", agregó el pontífice.  

Una caravana de camionetas blancas custodia al Mercedes Negro en el que se desplazó el Papa al llegar a Bagdag.

El periodista especializado en Medio Oriente, Ezequiel Kopel, dialogó con LPO y afirmó que "Irak es el escenario de la disputa entre Irán y Estados Unidos". "Hay que recordar que Estados Unidos volvió a luego de la invasión de 2003 por pedido del gobierno central iraquí para combatir a ISIS", agregó Kopel.

Siguiendo con el contexto complejo del país, Kopel resaltó que "Irak necesita a EEUU para combatir a ISIS, que sin la contención de la fuerza área norteamericana hubiesen llegado a Bagdad. Lo derrotaron en una combinación rara entre kurdos, estadounidenses y milicias iraquíes que responden más a Irán que a Irak". 

"Irak quiere que EEUU se quede en el territorio para evitar convertirse en un satélite de Iran", agregó. 

Para el periodista especializado, la visita de Francisco tiene cuatro  elementos para destacar.  En primer lugar, implica "un espaldarazo a los kurdos que están en su territorio histórico del kurdistan, Francisco va a recorrer esa zona". 

La visita del Papa a la zona de los kurdos es un agradecimiento porque cuando el Estado Islámico ocupó gran parte de Irak y empezaron a perseguir a los cristianos, estos se refugiaron en las zonas que controlaban ellos. Es un espaldarazo fuerte a la autonomía de los kurdos que en algún momento van a lograr la independencia en Irak.

"La visita del Papa a la zona de los kurdos es un especie de agradecimiento porque cuando el Estado Islámico ocupó gran parte de Irak, empezaron a perseguir a los cristianos que se refugiaron en las zonas autonómicas de los kurdos. Por eso digo que la visita es un espaldarazo fuerte a la autonomía de los kurdos que en algún momento van a lograr la independencia en Irak", detalló.  

El segundo punto para analizar es el respaldo  al presidente de Irak que "llegó al poder para hacer algunos cambios como sacarse un poco el dominio de Irán y mejorar la economía". El elemento siguiente es "el apoyo a los cristianos que son minoría y han sufrido mucho en los últimos 30 o 40 años. Irak tenia hace 50 años un 12 por ciento de población no musulmuna, hoy es del 1 por ciento". 

Por último, el periodista planteó que "es una mínima mojada de oreja a Irán porque en Irak esta Ali Al-Sistani, la autoridad chiita más importante del mundo, que se encuentra en una disputa de poder entre los chiítas mas revolucionarios de Irán y este clérigo que reside en Irak y no acepta quedar bajo los designios de la República Islámica de Irán".

El papa Francisco con el ayatola Ali al Sistani en Bagdag.

La reunión entre el papa Francisco y el ayatola Ali al Sistani duró 45 minutos e implica un hito en las relaciones entre el Vaticano y el Islam. Del encuentro sólo se pudo ver al Papa entrar en la modesta casa de Al Sistani, en uno de los barrios humildes de Nayaf, en Irak y luego una foto de ambos sentados en una habitación humilde.

En un comunicado distribuido por la oficina de prensa del Vaticano, se informó que el encuentro sirvió para que el Papa agradeciese al ayatola "que levantase la voz en defensa de los más débiles y perseguidos, afirmando que lo sagrado es la importancia de la unidad del pueblo iraquí".

Por su parte, en una notificación de la oficina de Al Sistani se explicó que los líderes religiosos trataron los grandes "desafíos que enfrenta la humanidad" y que el ayatola habló de "las injusticias y opresión, la persecución religiosa e intelectual, el bloqueo económico y los desplazados de muchos pueblos de la región, entre ellos el pueblo palestino". La máxima autoridad chií expresó "su interés en que los cristianos vivan como los iraquíes, en paz y seguridad y con todos sus derechos".

La visita adquiere relevancia por varios motivos. Desde lo religioso, la zona que hoy constituye Irak es reconocida como cuna de Abraham, profeta de las tres grandes religiones monoteísta y en términos políticos, Francisco será el primer pontífice en visitar el país luego del intento fallido de Juan Pablo II en 1999 a quien se le prohibió el ingreso por decisión de Sadamm Hussein. Luego, el Vaticano rompió relaciones diplomáticas. 

"La gente de Irak nos está esperando. Esperaban a San Juan Pablo II, a quien no se le permitió ir. La gente no puede ser defraudada por segunda vez", dijo Francisco en la previa de su llegada al país de Medio Oriente, cuando voces de todo el mundo alertaban sobre el altísimo riesgo que implicaba su visita a una zona que todavía atraviesa situaciones bélicas y donde el Estado no está en condiciones de garantizar la seguridad. 

Francisco en la iglesia Mar Youssef en Bagdad este sábado. 

AP

Las visita a una tierra tan inhóspita es coherente con las características del papado de Francisco. Cabe recordar su visita a Somalia, país de Africa que se encuentra bajo presión por la organización terrorista islámica, Al Shabab, que opera en la frontera con Kenia.

La visita es coherente con el papado de Francisco, que visitó algunas de las zonas más calientes del planeta, como Somalía -asediada por la organización terrorista islámica Al Shabab- o la vista a Jerusalem y luego a territorios de Palestina. 

Al mismo tiempo, su papado está atravesado por intervenciones en territorios hostiles y gestos de unidad con países en conflictos. La cumbre con el entonces presidente de Israel, Simon Peres y el líder palestino, Mahmud Abbas, el viaje a Georgia y Azerbaiyán, en tensión con Rusia, el restablecimiento de las relaciones con el patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa o el encuentro con los Castro en Cuba son algunos ejemplos de estos 9 años como jefe de la Iglesia Católica.