Hasta las elecciones municipales del próximo domingo, la política en el sur cordobés está alborotada y todo el peronismo se encuentra trabajando a destajo para que Juan Manuel Llamosas retenga el poder en Río Cuarto. Eso incluye también al sector que lidera la ex diputada nacional, Adriana Nazario, hoy más cercana al espacio que construye el senador Carlos Caserio dentro del Frente de Todos, que al del gobernador Juan Schiaretti.

En el nazarismo no imaginan pensar en proyectos más ambiciosos como impulsar la candidatura a la Cámara Baja de la ex pareja de José Manuel de la Sota habiendo perdido en su propio distrito, base de sustentación política del delasotismo en el interior. Por eso es que Nazario juega decididamente a favor de Llamosas y en las últimas horas salió a pedirle a los riocuartenses que lo voten.

Sin embargo, pasados los comicios, hacia adentro del espacio se trazan un doble objetivo: en lo inmediato, prepararse para disputar un lugar en la lista de Diputados; a largo plazo, sentar las bases para un proyecto municipal en la Capital alterna.

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Para ello, esa línea interna del peronismo no schiarettista prevé desarrollar una agenda de reconfiguración territorial y expansión del sector que hoy cuenta con intendentes, legisladores y concejales, con los que buscarán fortalecer la identidad propia. Eso no implica, aclaran de inmediato, abandonar el armado que en Córdoba tributa al presidente Alberto Fernández. Ambos propósitos se tejen en paralelo, insisten. Lo que el nazarismo buscará es engrosar su base para pelear luego con mayor espalda un lugar en el ´21, ya sea por el Frente de Todos o en un escenario de unidad con Hacemos por Córdoba.

Pero en caso de que finalmente hubiera dos listas, imaginar el tándem Caserio senador, Nazario diputada, constituirá un verdadero dolor de cabeza para el schiarettismo que piensa apropiarse de la bandera del peronismo cordobés en los comicios del año próximo.

Sin embargo, si bien la relación política de la ex diputada con Schiaretti se enfrió, los lazos no están rotos. El último desencuentro que marcó una nueva distancia con el gobernador fue en diciembre pasado cuando en el rearmado de su gabinete, el mandatario le ofreció la secretaría de Ambiente provincial siendo que, según la versión que ofrecen desde el entorno de la riocuartense, el compromiso habría sido darle a esa dependencia un rango ministerial.

Lo cierto es que la actual legisladora provincial en uso de licencia mira con expectativa a la Cámara de Diputados, donde cumplió funciones hasta diciembre del año pasado. Lo hizo por la bancada de Consenso Federal y no junto a los schiarettistas. Desde ese escaño reforzó vínculos nacionales con dirigentes como Sergio Massa o el actual ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. Esa vidriera también le valió que Roberto Lavagna la buscara para encabezar su lista en Córdoba en el 2019.

El año que viene el peronismo cordobés renueva la banca que hoy ocupa otra riocuartense, la diputada Claudia Márquez, que reemplazó a Martín Llaryora cuando asumió la intendencia de Córdoba. Cubrir esa cuota de representación del sur cordobés es justamente a lo que apunta la ex funcionaria provincial. Desde siempre De la Sota y Schiaretti reservaron lugares expectables en las elecciones de medio término para dirigentes de ese polo electoral que hoy representa a más de 200 mil votantes.

El nazarismo cuenta hoy con nombres dentro de su estructura, como el de Agustín Calleri, ex diputado y presidente de la Asociación Argentina de Tenis; Marcos Fariña, actual sub subsecretario de Transporte de la Nación; Franco Miranda, legislador provincial; Juan Manuel Escudero, gerente regional de EANA; y el humorista y amigo personal del ex gobernador, Mari Devalis, entre otros.