La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Organización de los Estados Americanos chocaron este martes públicamente en torno a la decisión de Luis Almagro de abstenerse a renovar el mandato del secretario ejecutivo de la CIDH.

"Lamentablemente no se ha podido avanzar en el proceso de designación del Secretario Ejecutivo de la CIDH debido a la existencia de decenas de denuncias de carácter funcional que han sido presentadas ante los mecanismos institucionales encargados de garantizar y promover los derechos de las y los funcionarios de la Organización y de procesar en este caso las reiteradas denuncias sobre posibles violaciones de sus derechos", sostuvo Almagro en un comunicado para explicar su decisión.

Reunida en Ciudad de México a principios de este año, la CIDH había resuelto "por unanimidad" renovar a Abrao el mandato por cuatro años más. Sin embargo, ahora la OEA rechazó esa decisión y el organismo de derechos humanos lo consideró un avance intolerable sobre su autonomía.

En su propio comunicado, la CIDH afirmó que la decisión de Almagro significa "un grave embate contra su independencia y autonomía". Pues el pasado 15 de agosto, último día de la vigencia contractual, el secretario General de la OEA le comunicó a la CIDH, "sin consulta previa, su determinación de abstenerse 'de avanzar en el proceso de nombramiento del Secretario Ejecutivo' de la CIDH; lo que en la práctica se traduce en una negativa a extender el contrato laboral".

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En su defensa, la OEA dijo que Almagro se abstuvo debido a la existencia de decenas de denuncias presentadas contra Abrao por parte de funcionarios de la organización. "Lamentamos que la CIDH, a pesar de estar en conocimiento de decenas de denuncias, en algunos casos por meses, no haya dado traslado de las mismas a la Oficina del Inspector General para su sustanciación. Esta falta de tramitación es un duro golpe a su credibilidad", , señaló el comunicado de la OEA.

"Almagro no renovó el contrato de Abrao en base a más de 60 denuncias sobre su conducta", dijo una de las fuentes consultadas por la agencia AFP, que señaló que muchos funcionarios de la CIDH terminaron yéndose de la institución por estos motivos.

La Ombudsperson, Neida Pérez, recibió quejas de "acoso laboral" y "manipulación de concursos y contrataciones", agregó.

Sin aclarar en el comunicado de la OEA a qué tipo de denuncias contra Paulo Abrao se refiere, Almagro tildó como "falta de ética y repudiable" generar confusión respecto a lo que constituye la responsabilidad y rendición de cuentas de uno o más funcionarios y lo que constituye la autonomía de la CIDH.

El brasileño Paulo Abrao.

La decisión de Almagro causó "indignación" en la CIDH, como afirmó su presidente, Joel Hernández, quien destacó que bloquear la renovación de su secretario ejecutivo "supone un límite enorme para su autonomía".

Hernández, quien en la última semana negoció personalmente con Almagro la continuidad del brasileño, reveló en una entrevista con EFE parte de la trastienda del conflicto con el organismo que tiene por misión velar por el respeto a los derechos humanos en América.

"En este momento hay un estado de indignación entre todas las personas que integramos la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ante la negativa del secretario general Almagro de renovar el contrato a Paulo Abrao. Teniendo en cuenta que, en enero de este año, la Comisión decidió por unanimidad renovar al secretario ejecutivo en su cargo para cuatro años más, es decir, para el periodo 2020-2024", señaló Hernández.

El funcionario alertó que la decisión del titular de la OEA "es una limitación enorme de nuestra autonomía. Para que la Comisión pueda llevar a cabo su trabajo libre de influencias políticas requiere de su autonomía e independencia, de la cual, la piedra angular es el rol que tiene el secretario ejecutivo. La Comisión no puede actuar de manera autónoma e independiente si no tiene la capacidad de decidir quién va a estar al frente de su Secretaría Ejecutiva".

Hernández minimizó las denuncias contra Abrao. "La Comisión reconoce el derecho que tienen funcionarias y funcionarios, no lo pone en tela de juicio. Lo que la Comisión cree, sin embargo, es una cosa distinta, que es el tratamiento que se le da. Esto se está tomando como un pretexto para la no renovación".

Y reveló que "el comunicado de la Secretaría General (de la OEA) habla de decenas de denuncias", pero "no son 60 denuncias, no son 60 casos, en realidad son 60 visitas, que es muy distinto y no todas son de la misma naturaleza. No todas son acciones dirigidas contra el secretario ejecutivo".

Esto ocurre a cinco meses de que Almagro fuera reelegido en la OEA con el abierto respaldo de la Casa Blanca, la cual ha disminuido su influencia en los últimos meses debido a la desventaja de Donald Trump en las preferencias electorales de noviembre próximo. Este también es el contexto en la batalla por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde el candidato de EU, Mauricio Claver-Carone, ha perdido fuerza en los últimos meses.