El presidente Jair Bolsonaro decidió ponerse al frente, por ahora vÃa televisión y medios periodÃsticos, de la batalla contra el Coronavirus. Este miércoles por la tarde ofreció una conferencia de prensa con su equipo de ministros. Y luego, a continuación, volvió a hablar frente a las cámaras a las 19. Tanta exposición apenas demuestra la alarma que existe en el Palacio del Planalto ante el surgimiento de protestas de la sociedad a través de cacerolazos. La noche de este miércoles retumbaron en todas las grandes capitales brasileñas. Si hasta ayer, Bolsonaro insistÃa: "No hay que caer en la histeria", hoy finalmente percibió que la pandemia llegó para quedarse. Y confronta a su gobierno con serios desafÃos sanitarios.
Tomó especial conciencia de la crisis epidémica luego que se enteró de tres nuevos casos de infección nada menos que entre las más altas autoridades del paÃs. Al primer ministro con contagio confirmado: el general Augusto Heleno, de Seguridad Institucional, le siguió el de otro funcionario del gabinete nacional, Bento Albuquerque de Minas y EnergÃa. El broche lo puso al anochecer Davà Alcolumbre, presidente del Senado de Brasil.
La mano derecha de Bolsonaro tiene coronavirus y se cree que lo contagió
Con estas noticias, que llegaron en un mismo dÃa, comenzó a derrumbarse la expectativa presidencial de recuperar la imagen, algo que se expresó en esta frase del gobernante: "Al Coronavirus le ganamos por goleada". Lo cierto es que más de un mes después de registrar casos del Covid-19, Bolsonaro se avino a conformar un comité nacional de crisis. Fue en la reunión nocturna con la prensa, donde el presidente informó de esa medida al lado del titular de la Corte Suprema, José Antonio Dias Toffoli. "Ese comité tiene como función promover el intercambio institucional entre los organismos de la justicia y los del gobierno federal. Es para prevenir litigios relacionados a la emergencia en salud pública".
El comportamiento vacilante del presidente brasileño no pasó desapercibido. Desde el 9 de marzo último, cuando habló por primera vez de la epidemia, varias veces declaró que el impacto del virus "está sobredimensionado". Un dÃa después aseveraba: "Mucho de lo que se habla (sobre el Coronavirus) es fantasÃa; aquà no hay ninguna crisis". El 11 de marzo llegó a decir: "No soy médico ni especialista en infecciones. Pero por lo que vi, otras gripes mataron mucho más" que el Covid-19.
El viernes 13 Bolsonaro pidió a sus partidarios que suspendieran las manifestaciones a su favor y en contra del Congreso y la Justicia. Y sostuvo públicamente: "A pesar que mi test dio negativo, no voy a apretar la mano de ustedes". Luego dirÃa: "La vida sigue normal, aunque hay muchos problemas a ser resueltos". El punto crÃtico sobrevino el domingo pasado. Desde su residencia el Palacio de la Alvorada se dirigió al Planalto. Cuando llegó no tuvo mejor idea que aproximarse al medio millar de personas que voceaba su nombre. A los manifestantes los saludó dándoles la mano; todo lo contrario de lo que habÃa prometido el viernes anterior.
Las expresiones que minimizaban los riesgos, y otras de tinte triunfalista como la de "ganar por goleada" al Coronavirus, fueron las gotas que faltaban para alimentar el segundo gran cacerolazo en todas las capitales de Brasil. La consigna más escuchada, que sobrevuela a estas horas ciudades como RÃo y San Pablo, es: "Afuera Bolsonaro".
Lo notable del caso es que son los sectores de clase media y clases altas lo que decidieron asomarse a sus balcones o terrazas para manifestar indignación con la figura presidencial. Son los mismos que protagonizaron las grandes movilizaciones de 2015 y 2016 contra el gobierno de Dilma Rousseff; y que ahora se arrepienten del voto que le dieron a Bolsonaro, lo que explica su triunfo en octubre de 2018.
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Con el evasor en el Gobierno hoy estaríamos en números mucho más elevados de contagiados, para muestra sobra un botón, fíjate la reacción de larreta una semana atrás cuando se resistia a cerrar espectáculos en Caba, similar a la conducta negacionista de España, Italia, Brasil y EEUU, entre otros .
A no olvidar:
el contrabandista elimino el ministerio d salud, y entre otras aberraciones sanitarias desfinancio al malbran, y junto a su secuaz Heidi negaron poner en funcionamiento hospitales q CFK dejo en 2015 con la obra civil concluida.