El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergey Lavrov, mantuvieron en Rovaniemi, capital de Laponia,  la anticipada cumbre para discutir la crisis de Venezuela, que enfrentó a las potencias.

Tras la reunión, desde el Departamento de Estado no dieron detalles del encuentro pero Lavrov no tuvo inconvenientes en entregar algunos conceptos a la prensa. El canciller ruso dijo la reunión fue "buena y constructiva", pero reiteró que se país se opone totalmente a una intervención militar de Estados Unidos en Venezuela y advirtió de que una operación de esta índole sería "catastrófica e injustificada".

"Estamos categóricamente en contra de una intervención militar. El uso de la fuerza solo puede ser autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU o utilizada en respuesta a una agresión contra un Estado soberano. En Venezuela no se observa nada parecido a esto", agregó Lavrov.

Venezuela quedó atrapada en un conflicto geopolítico entre Rusia y Estados Unidos, que incluye desde la negativa norteamericana al mega gasoducto Nord Stream 2, hasta la disputa sobre Ucrania. Y así como Estados Unidos se metió en la zona de influencia de Rusia apoyando el pase a la OTAN repúblicas que formaron parte del imperio soviético, Putin encontró en Venezuela la manera de devolverle la jugada a Estados Unidos en su región.

Además, sobrevuela el conflicto el petróleo. Rusia ha invertido entre 17.000 y 23.000 millones de dólares en Venezuela durante los últimos 15 años, afirmó a la cadena alemana DW el profesor de Historia de las Relaciones Internacionales de la Universidad de San Petersburgo, Viktor Lazarevich Heifez.

"Rusia no quiere arriesgarse a perder este dinero", agregó Heifez, quien recordó que ya en 2013, Igor Setchin, director General del gigante petrolero ruso Rosneft, anunció inversiones por valor de miles de millones en la industria petrolera venezolana. Putin logró además alinear políticamente a Venezuela con sus intereses geoestratégicos. 

El regimen chavista fue uno de los pocos Estados que reconocieron la independencia de Osetia del Sur y Abjasia, regiones que pertenecen a Georgia, pero con la ayuda del Kremlin se han independizado.

Rusia jugó fuerte y recibió al canciller de Maduro, antes de la cumbre con Pompeo

Luego de la reunión con Pompeo, el canciller ruso insistió en quitarle legitimidad internacional a la posibilidad de una intervención militar para derrocar a Maduro. "Partiendo de mis contactos con mis colegas estadounidenses y otros, europeos, latinoamericanos, no veo partidarios de una solución militar imprudente. Espero que todos compartamos esta visión", afirmó.

Mientras que desde el lado norteamericano, antes de la cumbre en Finlandia, Pompeo, aseguró que Nicolás Maduro todavía manda en el país sudamericano, aunque afirmó que ya no tiene la capacidad para gobernar.

"Maduro debe ver que esto se está desmoronando. Como ya dije antes, él todavía manda, pero de ninguna manera puede gobernar", declaró Pompeo a la prensa durante el vuelo a Rovaniemi.

Lavrov y el canciller venezolano, Jorge Arreaza, este domindo en Moscú.

Además, Pompeo restó importancia a la reunión que mantuvieron este domingo en Moscú Lavrov, y el canciller chavista, Jorge Arreaza, en la que aquel reiteró el respaldo del Kremlin a Maduro.

"(Lavrov) en realidad no se reunió con un funcionario venezolano, se reunió con alguien próximo a Maduro, quien es un renegado, no el líder de Venezuela", dijo el secretario de Estado.

"Esta semana, aunque Maduro logró mantener el control del Ejército en algunos aspectos, hubo muchos militares que se fueron, incluido un oficial de inteligencia de alto rango estrechamente conectado a él y con su predecesor (el ex presidente Hugo Chávez)", concluyó Pompeo.