El formato "presidencial", con teleprompter y sin gorra roja, no le sienta bien a Donald Trump. Se sabe que el presidente brilla cuando es libre de improvisar sus soliloquios antimigratorios de "América primero" frente a sus seguidores en algún estadio deportivo. Hoy, frente al Congreso de los Estados Unidos, la Suprema Corte, el Gabinete e invitados especiales, el mandatario brindó su segundo informe de labores y cerró la jornada sin ninguna novedad por reportar.
Algunos temÃan que, en un exabrupto, el presidente decidiera anunciar una emergencia nacional para construir el muro con México, pero se sabe que no sólo los demócratas se oponen a esta estrategia, sino también el liderazgo del Partido Republicano. En especial Mitch McConnell, quien comanda el Senado con mano de hierro y ya se pronunció en contra de la idea. Desde luego el presidente habló de la importancia de construir su muro y de los peligros que entran por la frontera sur de EU.
"Ningún otro tema ilustra mejor la división entre la clase trabajadora de EU y la clase polÃtica que la inmigración ilegal", dijo. "PolÃticos acaudalados y donadores impulsan la apertura de las fronteras mientras vives sus vidas detrás de muros".
Acusó a los inmigrantes de provocar salarios bajos, menos empleos, peores escuelas y hospitales, y mayor crimen.
Entre los triunfos que celebró el presidente estuvo la reforma al sistema de justicia penal, que permitió la liberación de miles de prisioneros-la mayorÃa afroamericanos-que penaban sentencias por crÃmenes menores.
También resaltó el "milagro económico" de EU, los nuevos tratados comerciales, como el T-Mec, y la agenda antirregulatoria que la administración ha impulsado.
Trump, sin embargo, intentó mostrar un rostro más bipartidista. Habló de dejar a un lado las agendas republicanas o demócratas y dijo que la suya "es la agenda del pueblo de estadounidense". No dejó de lado la oportunidad de criticar las "investigaciones ridÃculas y partisanas" en su contra que, junto con las "guerras interminables", se interponen en el camino del milagro económico que está ocurriendo en EU. El comentario le ganó una mirada irónica de la presidenta de la Asamblea Nancy Pelosi.
Advirtió que, si iba a haber legislación y paz, no podÃa haber guerra e investigaciones ocurriendo.
Dijo que se postraba frente al nuevo Congreso "listo para trabajo con ustedes para alcanzar triunfos históricos para todos los estadounidenses. Millones de nuestros conciudadanos están viéndonos, reunidos en esta gran cámara, deseando que gobernemos no como dos partidos, sino como una nación".
En algún momento, cuando estaba hablando de los números récord de empleos creados, el mandatario señaló que las más beneficiadas de la economÃa trumpista eran las mujeres, quienes habÃan ocupado el 58% de los nuevos puestos creados en 2018. Esto provocó que el grupo de legisladoras demócratas, quienes fueron todas vestidas de blanco para conmemorar los cien años del triunfo del movimiento sufragista femenino, se pusieran de pie y celebraran entre ellas.
"No se suponÃa que hicieran eso", bromeó Trump. "No se sienten todavÃa, les va a gustar esto", continuó. "Y exactamente un siglo después de que el Congreso pasara la enmienda constitucional que dio el derecho al voto a las mujeres, también tenemos más mujeres en el Congreso que en cualquier otro momento". Todas las mujeres en la Cámara se congratularon y celebraron el momento.
"Eso es fantástico", dijo Trump. "Realmente fantástico. Y felicidades". No se escapa la ironÃa de que la mayorÃa de las congresistas que ganaron el año pasado lo hicieron con una agenda abiertamente antitrumpista.
El otro momento simpático ocurrió cuando Trump presentó a uno de sus invitados al magno evento. Se trataba de Judah Samet, sobreviviente del ataque a la Sinagoga en Pittsburgh el año pasado, y también sobreviviente del holocausto Nazi.
"Hoy es el cumpleaños 81 de Judah", celebró Trump. La cámara, de manera improvisada, empezó a cantar el "Happy Birthday" a Judah, con Trump haciéndola de conductor de la orquesta. Al final el presidente bromeó que "no harÃan eso por mÃ, Judah".
El presidente aprovechó la ocasión para enviar un ataque velado contra el nuevo boom progresista en el Partido Demócrata.
"Estados Unidos nunca será un paÃs socialista", dijo. Habló un poco sobre la situación en Venezuela, y dijo que estaba "alarmado por los nuevos llamados a adoptar el socialismo en nuestro paÃs".
Personajes como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez han encabezado el renacimiento del movimiento social demócrata en EU, y sin duda fueron los destinatarios de la advertencia del presidente. La agenda ha cobrado tal popularidad que ya se coló en la plataforma de todos los nuevos candidatos presidenciales del partido, a través de propuestas como un nuevo impuesto para los millonarios y seguridad social para todos.
"Esta noche renovamos nuestra decisión de que EU nunca va a ser un paÃs socialista", recalcó.
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