La reunión que tensionó toda la cumbre del G20 terminó con un acuerdo, precario, pero acuerdo al fin. El presidente Trump y su par chino xi Jinping, acordaron suspender por 90 días las nuevas barreras arancelarias que Estados Unidos pensaba imponerle a la potencia asiática a partir de principios del año próximo. A cambio de esto, China se comprometió a incrementar de manera sustancial las importaciones de bienes estadounidenses agrícolas, energéticos e industriales.

El acuerdo se alcanzó luego de una cena de más de dos horas realizada en Buenos Aires y fue un ejemplo más del tradicional método de Trump de presionar de manera agresiva, para acordar un minuto antes que el conflicto termine de desmadrarse, como temía buena parte del mundo y dijo con toda claridad este viernes la titular del FMI, Christine Lagarde, quien vaticinó que el PBI mundial podía caer cerca de un punto si ambas potencias no alcanzaban un acuerdo que desmontara la guerra arancelaria.

Trump, que nunca ocultó su admiración por Xinping, calificó su relación con el líder chino como "muy especial". Larry Kudlow, director del consejo económico de la Casa Blanca, dijo que las conversaciones avanzan "muy bien". Días atrás este mismo funcionario había sido el encargado, por orden de Trump, de endurecer las posiciones de Estados Unidos.

 Trump corre con ventaja para el encuentro con Xi Jinping, la cumbre más importante del G20

La agencia estatal china fue la que dio la primicia, anunciando que el pimero de enero se suspende la amenaza de Estados Unidos de subir los aranceles a los bienes chinos del actual 10 por ciento a un 25 por ciento. "Las negociaciones continuarán", agregó la agencia China, mientras del lado norteamericano se mantenía un estricto hermetismo.

En una breve declaración pronunciada ante las cámaras al inicio de la comida, Trump dijo que en la cena "se discutirán cuestiones de comercio y creo que en algún punto vamos a lograr algo que va a ser bueno para China y para Estados Unidos". Xi Jinping aludió por su parte a la amistad que los unía y mencionó la responsabilidad de ambos por "la paz mundial y la prosperidad".

Luego de finalizado el encuentro, cerca de la medianoche, la Casa Blanca emitió un breve comunicado en el que Trump sostuvo que se trató de "una reunión asombrosa y productiva con posibilidades ilimitadas para Estados Unidos y China".

Estados Unidos impuso inicialmente barreras a las productos chinos por unos 200 mil millones de dólares a los que pensaba incrementar sanciones por una cifra incluso superior, lo que en la práctica implicaba bloquear a todas las importaciones de la potencia asiática.

En la reunión también se habló sobre limitar la capacidad nuclear de Corea del Norte y la restricción por parte de China de buques que trafican de manera ilegal el opioide fentanyl.