Un grupo de manifestantes provocó serios incidentes frente al Congreso mientras los diputados debaten el Presupuesto 2019, cuando  intentaron voltear el vallado y la Policía respondió con gases y camiones hidrantes, en un clima de tensión que ya se asemeja a la polémica de cuando se trató la reforma previsional, aunque hay menos gente en la convocatoria.

Como supo LPO, mientras la primera columna aguantaba con máscaras y antiparras, El PTS y el MST dijeron que estaban "tranquilos" cuando la policía empezó a tirar, lo cierto que ni bien las bombas resonaron en el recinto, diputados de la izquierda, el movimiento evita y el kirchnerismo salieron a intentar frenar a los policías y no lo lograron.

Larroque, herido por el gas lacrimógeno

La mayoría negoció sin éxito con efectivos que estaban frente las vallas de Rivadavia y Entre Ríos, pero el líder de La Cámpora, Andrés "Cuervo" Larroque, se acercó a la policía junto a Horacio Pietragalla y Adrián Grana, sufrió gases lacrimógenos en la cara y resultó herido. 

Hubo varios focos de tensión simultáneos, siempre con intercambios de piedrazos, balas de goma y gases. En Rivadavia y la plaza fue el más violento, pero no menor resultó el de Yrigoyen y Entre Ríos, donde la policía logró persuadir a los manifentantes a disparo limpio.

Los diputados Leoandro Grosso (Movimiento Evita), Mayra Mendoza (FpV-PJ), Gabriela Estevez (FpV-PJ), Gabriela Cerrutti (FpV-PJ) y Nicolás Del Caño (Izquierda) habían acordado ir al recinto a pedir la suspensión de la sesión en una mini reunión improvisada en la verdad, pero no pudieron siquiera luego de un tenso cruce entre Nicolás Massot y Daniel Filmus. 

Mucha gente que se había acercado a protestar se terminó yendo por los gases, al igual que la columna del PTS, que comenzó a alejarse por Callao. Como anticipó este medio, los diputados del kirchnerismo y la izquierda pidieron un cuarto intermedio a raíz de los desmanes. 

Tras una reunión de media hora con los jefes de bloque y Marcelo D'alesandro, secretario de seguridad de la Ciudad, Emilio Monzó retomó la sesión e informó que había 18 detenidos, que los incidentes ya se habían disipado y que el funcionario permanecería en su despacho para responder consultas.

Pronto algunos grupos de izquierda difundían una lista de 27 detenidos, la manifestación siguió pero sólo ocupaba algunos tramos de la plaza central y ni siquiera se desplegaba por Callao. "Lo digo por experiencia: la policía nunca actúa sin orden política", dijo Felipe Solá en el recinto.

Como anticipó LPO, en Cambiemos temen hace meses que una marcha pueda enturbiar una negociación con el peronismo que Rogelio Frigerio y Emilio Monzó tienen hace meses para aprobar el presupuesto antes del G20, a fines de noviembre.

Las organizaciones sociales empezaron a acampar anoche frente al Congreso, pero tampoco fueron tantas y esta mañana se podía caminar por Callo y Avenida de Mayo sin mayores inconvenientes. Claro que nada de eso importa si los manifestantes y la policía se enfrentan, hay heridos y detenidos.

Juan Carlos Casas.

La sesión continuará hasta la madrugada y el Gobierno apuesta a que la movilización se disipe al momento de votar o, como ocurrió en el debate del aborto en el Senado, si hay enfrentamientos no se transmitan en prime time. 

Pasadas las 22 horas, el radical Lepoldo Moreau exhibió una foto de un supuesto agitador que provocó los incidentes y, según el radical K, sería personal de la policía federal encargado de infiltrarse en las marchas. Lo identificó porque se le cayó el pañuelo y su cara coincidía con la de revoltosos de otras marchas. 

Romina del Plá, diputada de izquierda, denunció por la noche que lo detenidos eran maltratados en la comisaría 10 de Floresta (ex 43), ubicada en la calle Chivilcoy, donde la mayoría permanecía alojado.  

Nicolás del Caño, del PTS, acusó de cómplice a la  CGT por no participar en la marcha. "Son los que fueron a Tucumán a acordar el presupuesto", denunció. Se esperaba a Pablo Moyano, que había prometido su presencia en la presentación de su frente sindical, pero no se lo vio. 

Al igual que el resto de los gremios, tampoco había querido estar en las calles durante el tratamiento de la reforma previsional en diciembre, cuando la izquierda también se enfrentó a la policía.