Ni la desaparición de Santiago Maldonado, ni el festejo por el triunfo que no fue en las primarias del año pasado y ni el polémico acuerdo con el FMI fueron excusa para que Marcos Peña cancelara su informe de gestión en el Congreso.

Pero la crisis financiera que azota al país desde la semana pasada y el caos del cambio de gabinete que lo tuvo con un pie afuera del Gobierno, si lo fue: este lunes, poco después de ser confirmado en su cargo, pidió posponer su visita al Senado, prevista para el miércoles a las 16 horas.

No sólo eso, según supo LPO, avisó que no asistirá hasta octubre, o sea, violará el artículo 101 de la Constitución que obliga a los jefes de Gabinete a concurrir al menos una vez por mes a una de las Cámaras del Congreso.

Peña no había suspendido una visita al Congreso en ninguna de las crisis el Gobierno. Pero canceló la del miércoles y no quiere ir en todo el mes. 

"Con motivo de la reorganización que está teniendo lugar en el Gobierno nacional y luego de consultar a los presidentes de bloque, se resolvió posponer la sesión informativa del jefe de gabinete del próximo miércoles", informó el Senado oficialmente.

Peña ya no podrá jactarse de ser el único jefe de Gabinete en respetar la carta magna, como le enrostra seguido a los legisladores kirchneristas. De veras que lo era y hasta había tomado esa tribuna para defender al Gobierno y alentar la grieta, su escenario preferido, siempre escoltado por un ejército de asesores.

Su faltazo abrió nuevas especulaciones en el Congreso, donde lo creían fortalecido y con ganas de dar la cara. Sobre todo porque hasta el viernes, el rumor era que los cambios de Gabinete llegarían en un mes Macri no negó esa variante en su mensaje matutino. Mucho tendrá que ver el precio del dólar. O todo.