Después de un día de intensa actividad en su cuenta de Twitter, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cerró su tarde lanzando una provocación contra Kim Jong Un digna del patio del colegio: mi botón es más grande que el tuyo.

Ayer el líder norcoreano lanzó un mensaje urgiendo a una reunión bilateral "inmediata" con Corea del Sur en el marco de los próximos juegos olímpicos de invierno que se llevarán a cabo ahí. "Los juegos de invierno de Corea del Sur serán una buena ocasión para el país", dijo, y deseó "sinceramente" que el evento sea un éxito. Un tono inusual y conciliador para el explosivo mandatario.

Sin embargo, Jong Un no suavizó su tono para Estados Unidos. Advirtió que siempre mantendrían la capacidad de lanzar un contraataque nuclear. "Las fuerzas nucleares [de Corea del] Norte son una realidad, no una amenaza", dijo. Puntualizó su mensaje advirtiendo que el "botón nuclear" estaba en su escritorio en todo momento.

Para analistas internacionales resulta obvio que Jong Un notó una oportunidad que no se había presentado hacía décadas: separar los intereses de Estados Unidos y Corea del Sur. Jong Un notó que por primera vez los mensajes del presidente surcoreano, Moon Jae-in, y del norteamericano, eran diferentes. Su vecino seguía en un tono conciliador, mientras que el de Trump se volvía cada vez más incendiario.

Se trata de una jugada maestra. Moon está interesado en que Corea del Norte participe de alguna forma de sus olimpiadas y así evitar que arruine el evento con algún despliegue intimidador de fuerza o una declaración amenazante. Si Kim logra alcanzar un acuerdo con Moon, Trump no tendrá más remedio que respetarlo.

Y anoche Trump probablemente reaccionó exactamente como Kim quería:

El líder norcoreano Kim Jong Un acaba de decir que "el botón nuclear está en su escritorio todo el tiempo". Podría alguien en su hambriento y acabado régimen informarle que yo también tengo un Botón Nuclear, pero es mucho más grande y más poderoso que el suyo, ¡y mi botón funciona!

Un acuerdo de paz entre ambas naciones recalcaría la reducida relevancia que los Estados Unidos de Trump están teniendo en el plano diplomático internacional.