La escena no parece acorde a la época, pero ocurrió este miércoles, en la sesión de la Cámara de Diputados: el kirchnerismo y Cambiemos se aliaron para sancionar una ley que apunta a trasparentar los planes de vivienda, redactada por Julio Cobos.

La norma consiste en actualizar los valores de los proyectos mediante la Unidad de Vivienda (UVI), un índice que toma el costo de la construcción para el gran Buenos Aires, publicado por el Indec.

Cobos impuso las UVIs en el Senado y Federico Sturzenegger se las apropió, les cambió el nombre por UVAs y las popularizó con el éxito de los créditos hipotecarios.

Pero las UVIs siguieron su curso en muchos proyectos de ley como el ahora sancionado, que lo aplica para la determinación de precios en "contratos de obra pública destinado a vivienda".

"La posibilidad de asegurar el costo por la UVI va a beneficiar también a los empresarios, que van a generar mayor oferta de proyectos, porque saben cuánto van a terminar cobrando finalmente", celebró el dipuado Eduardo Amadeo, del PRO.

"Estas UVIs son un negocio especulativo de los Bancos", le replicó Pablo López, del Frente de Izquierda. Héctor Recalde pidió la palabra, pero cuando en Cambiemos suspiraban asustados, sorprendió al "apoyar el dictamen".

Sólo que no olvidó su rol de abogado laboralista: "Tenemos que lograr paritarias libres para mantener el salario actualizado", exigió.

Con Julio De Vido a unos metros, ignoró las denuncias de sobre precios en las determinaciones de obras durante el kirchnerismo, la mayor inspiración de la ley que estaba por votar. 

Sorprendida, Graciela Camaño recordó esas sospechosas actualizaciones de precios del ex ministro y justificó el rechazo del Frente Renovador.

"Del otro lado del mostrador, siguen los mismos. Y no podemos darle un cheque en blanco a un sector que todavía tiene que rendir cuentas a la justicia", afirmó, en clara referencia a los empresarios de la construcción, salpicados por decenas de causas penales, como la de la brasileña Odebrecht. 

Pero la ayuda kirchnerista fue suficiente para llegar a 145 votos y sancionar la ley, que dejó contentos a macristas, kirchneristas. Y a Julio Cobos.