Patricia Bullrich inició una disputa con el jefe de la Policía Federal, comisario general Néstor Roncaglia, puesto que la ministra quiere que los efectivos dejen el uniforme azul para pasar a vestirse de civil, con saco, camisa y corbata.

Similar al estilo del FBI cuando no realizan operativos, Patricia le transmitió su idea a Roncaglia que se resiste al cambio, ya que aún quedan coletazos de lo que fue el traspaso de parte de la Federal a la órbita de la Capital y lo que generó el nuevo uniforme bordo y celeste de la Policía de la Ciudad.

"Muchos policías federales traspasados se enojaron cuando les cambiaron el uniforme azul por el bordó y Roncaglia percibió el disgusto que generó ese hecho, incluso entre los policías que no se vieron afectados", contó un oficial de la Federal consultado por Noticias Argentinas.

Además, agregó que "este posible cambio, que implicaría también dejar el uniforme azul, no lo quiere Roncaglia porque teme que los subordinados se enojen como lo hicieron los de la Ciudad y termine siendo criticado como le ocurrió a Guillermo Calviño con los traspasados".

Lo cierto es que Bullrich quiere copiar el modelo del FBI en los Estados Unidos, cuyo personal está con saco, camisa y corbata y al momento de algún operativo se ponen arriba un chaleco o campera identificatoria de la fuerza.

En la Argentina, hay policías federales que se desempeñan de esa forma, pero los mismos son los que están como custodios de personas a las que se les asigna esta protección.

Sin embargo, un vocero policial consultado por NA sostuvo que sacarle el uniforme azul a la fuerza "es un riesgo que Roncaglia no piensa correr y menos en estos momentos en los que se cerraron varias áreas, en lo que la fuerza llamó reestructuración y cambió a muchos efectivos de tareas".

"Además, hay enojo y preocupación en el personal porque dicen que exteriorizó y enfocó su especial atención sólo al tema del narcotráfico, descuidando otros sectores dentro de la Federal", agregó la fuente.