La reunión entre los gobiernos de México y EU para atacar la crisis sanitaria generada por el tráfico fentanilo comenzó hoy jueves en el Edificio Eisenhower. Hubo presencias curiosas en ambas comitivas y, según pudo conocer LPO, algunas apariciones de último minuto.
Por parte del staff de Joe Biden se sumó a la reunión la subprocuradora Lisa Mónaco, figura central del escándalo "Rápido y furioso" durante los gobiernos de Barack Obama. Ese mecanismo permitió que 2,500 armas fueran compradas ilegalmente y transportadas a México para pelear contra los cárteles. El escándalo se desató cuando un agente estadounidense que prestaba funciones en México fue asesinado con una de esas armas.
Mónaco está en la reunión con los funcionarios mexicanos porque está desarrollando un plan para que las policÃas del paÃs vecino tengan un mayor entrenamiento en la lucha contra el fentanilo y sus cadenas de suministro.
También se presentó el médico Rahul Gupta, que es el zar antidrogas de la Casa Blanca y el encargado del diseño de las polÃticas públicas para reducir el consumo de fentanilo. En la lógica de Gupta, que tiene acceso directo a Biden, la guerra contra las drogas en México ha generado la violencia que a su vez desata los flujos migratorios descontrolados hacia la frontera. En este plano, el arresto de capos del narco en México ha dado lugar a una nueva configuración que favoreció el negocio del fentanilo cuyas materias primas provienen de Asia.
No está en la reunión ni tendrá presencia alguna el secretario de Estado Antony Blinken quien ni siquiera está en la ciudad. Es representando por el encargado para América Latina Juan González, de buena relación con Elizabeth Sherwood-Randall, quien coordina los trabajos por parte de EU.
Por parte de México hay dos funcionarios en Washington sin demasiado sentido y que no tienen contrapartes en las reuniones. Uno es el titular de la Cofepris Alejandro Svarch (de fuertes nexos con el gobierno de Cuba) y el otro es Pablo Gómez de la UIF, que es visto como un funcionario poco competente pot parte de Washington.
En cambio, la presencia del general Audomaro Zapata, jefe del espionaje doméstico, es clave porque el militar quiere que el gobierno de EU le permita introducir agentes mexicanos para recabar información sobre la parte estadounidense del tráfico de fentanilo.
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