La postal de Andrés Manuel López Obrador con el anterior titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos, arroja lecturas e interpretaciones en el cÃrculo rojo y, fundamentalmente, entre los oficiales del Ejército. La postal además fue reforzada por una enfática defensa del general retirado hoy jueves en la conferencia matutina.
Una primera lectura tiene que ver con ciertos movimientos que emanan de la campaña de Xóchitl Gálvez. La senadora tiene un familiar directo que es oficial del Ejército y desde esa terminal se habrÃan desplegado ciertos encuentros que fueron detectados por Luis Crescencio Sandoval y rápidamente informados a Palacio Nacional. A esto se agrega que tres semanas atrás Cienfuegos se fotografió con Xóchitl en un evento legislativo.
La sola posibilidad de que generales del Ejército generen una sintonÃa con la senadora basta como detonante de la foto del presidente con Cienfuegos, que es el referente de todos los oficiales que hoy por hoy pesan en la Sedena.
Otra arista que esconde la foto tiene que ver con la definición de la candidatura de Morena en la CDMX. Cienfuegos no está satisfecho con la prominencia que ha adquirido en las últimas semanas Omar GarcÃa Harfuch, que es el prototipo de policÃa enemistado con los militares y cultivado en una PolicÃa Federal (la de Genaro GarcÃa Luna) fuertemente antimilitarista.
En la Sedena prefieren a GarcÃa Harfuch como jefe de gobierno antes que como secretario de Seguridad pública pero el entorno ideológico del presidente tiene su afinidad con Clara Brugada.
A esto se agrega el frente externo del tablero. El guiño de López Obrador a Cienfuegos es una afrenta a la DEA y un mensaje de que habrá cooperación con EU pero que esa agencia sigue estando limitada en México por haber promovido el arresto del general en California en el ocaso de la administración Trump.
Hay un motivo reciente además de malestar de la Sedena con la DEA: tiene que ver con que su directora Anne Milgram es quien elabora un sinuoso cabildeo en Washington para sacar a México del Comando Norte de Estados Unidos y ubicarlo en el Comando Sur, un downgrade que Milgram justifica con que el Comando Sur tiene más experiencia en la lucha contra el narco en su faceta regional. Pero para los militares mexicanos es una degradación inaceptable. Una idea en la que suscribe el embajador Ken Salazar que tampoco tiene un gran concepto de Milgram.
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