El regreso de Marcelo Ebrard continúa siendo una incógnita. El econo que hay en Los Pinos es total. Los asesores de Peña Nieto lo siguen apuntando como el responsable de haber filtrado la información de la "Casa Blanca" al equipos de Carmen Aristegui. Desde ese momento, las causas en su contra explotaron y la sensación de que podría terminar en prisión lo obligó a dejar el país. Ya van dos años de exilio político.

En los últimos las versiones de un regreso comenzaron a tomar forma. La primera apuesta no salió bien: Ebrard apostó sin matices por Hillary Clinton. Trabajó para el ex presidente Bill movilizando el voto hispano en los estado de Texas, California y Florida. Como para todos los mexicanos, la victoria de Trump fue un golpe, acaso más duro por la ilusión de que el regreso de los Clinton a la Casa Blanca lo fortaleciera.

Ahora, en las últimas horas, una versión tomó fuerza: se indicaba que Ebrard podría volver aunque sea por unas horas a la Ciudad de México para mostrarse en el acto con Andrés Manuel López Obrador. Desde sus equipos lo desmintieron a La Política Online. "No vendrá, aunque sí habrá muchos de su Movimiento Progresista en el evento", explicaron.

Ebrard se reunió con López Obrador en California, durante una de las giras que realizó el líder de Morena por tierras estadounidenses. Allí conversaron de política y de la importancia de movilizar el voto mexicano para garantizar una victoria en 2018, como reveló LPO.

Desde ese momento, las especulaciones crecieron aún más: en Morena se empezó a debatir si acaso Ebrard sería posible Secretario de Gobernación de un eventual gabinete tras 2018. Pero hay otros sectores morenos, uno de ellos encabezado por Yeidckol, que lo preferirían como embajador en Washington.

Una cosa parece clara: la vida política de Ebrard seguirá después de 2018, siempre y cuando la oposición logra desbancar al PRI de Los Pinos. Por ahora, el ex mandatario capitalino prefiere la cautela y no mostrar sus cartas.