Luego de todas las críticas y escándalos que rodearon a Alfredo Castillo, titular de la Conade durante estos juegos olímpicos se exigía por todas partes su salida. Hoy por hoy asegura que “su renuncia está sobre la mesa”.

El controvertido Castillo aseguró que será el presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien decidirá si sigue a cargo del organismo después de presentar su reporte sobre los Juegos Olímpicos de Río 2016.

“La instrucción que tengo es dar una explicación puntual a la opinión pública, a la sociedad, a los medios de comunicación del resultado de estos Juegos; explicar cuáles son los resultados que se están obteniendo, cómo se obtuvieron y, sobre todo, cuál fue la dinámica y la metodología”.

En esa línea, explicó que precisamente, regresó antes del final de las olimpiadas porque tenía que entregar un reporte puntual al Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, y al Presidente de la República.

En entrevista con Carlos Loret, aprovechó también el espacio para defenderse sobre las diversas críticas y escándalos. Uno de ellos fue que apareció en fotos con su novia, sobre lo cual reconoció que fue “una imprudencia”.

“Me ha generado altos costos y públicamente ofrezco una disculpa. No hay uso de recursos públicos, hay una desatención y una frivolidad de mi parte en esos primeros días”, aseguró

Además, se refirió a las acusaciones de la arquera Aída Román, quien lo criticó por preferir llevar a alguien “querido” en lugar de a médicos o preparadores deportivos. Pero él, atribuyó esto a un tema de frustración: “yo entiendo la frustración en el caso de Aída, que nos quedamos a una flecha del oro”

Y se justificó diciendo que si hubiera habido una mala preparación, “Ale Valencia no hubiera podido ganarle a la uno del mundo”.

También se defendió de las acusaciones del boxeador Misael Rodríguez, quien aseguró que no tuvo apoyo y tuvo que salir a botear para financiar su viaje: “Mizael estuvo en mi oficina. Lo utilizaron para ir a botear; lo utilizó la federación”.