Enrique Peña Nieto pidió hoy martes a su Gabinete que el enfoque central de su último Informe de Gobierno sea el de las cifras de empleo al cierre de su sexenio. El mandatario prefiere colocar el acento en esa cuestión por sobre los resultados concretos de las reformas estructurales, que en estos días son debatidos por Andrés Manuel López Obrador.

El Presidente asume que tras la fuerte expresión de rechazo a su Gobierno que tuvo lugar en las elecciones presidenciales, valorar el empleo por encima de datos de inversión es un mensaje más acorde al momento actual del país. Así se los expresó a sus colaboradores en Los Pinos.

El Gobierno presume la creación de 4 millones 43 mil 574 nuevos empleos formales creados desde 2013.  Se trata de una cifra por la cual es plausible hablar de pleno empleo. El problema es que, de acuerdo a indicadores oficial, en muchos casos el empleo no simboliza una mejor calidad de vida. El trabajo informal sigue siendo una porción muy grande en el mercado de México.

De acuerdo con cifras presentadas por académicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), la tasa de desempleo se ubicará este año en 3.36%.  

Un dato que no se debe pasar por alto: hasta el último trimestre de 2017, más del 31% de los empleos registrados percibían entre uno y hasta dos salarios mínimos. Hablamos de poco más de 2,600 pesos al menos. El 23% cobra de dos y hasta tres salarios mínimos, el 14.8% más de tres y hasta cinco salarios mínimos. Sólo el 5.37% recibe más de cinco salarios mínimos.

En sus discursos Peña Nieto suele atribuir el crecimiento del empleo a la estabilidad macroeconómica, la inversión privada extranjera y nacional y las reformas estructurales.