Hasta ayer, durante la reunión de legisladores chilangos de Morena con los diputados electos marrón de la nueva legislatura, Alejandro Encinas era visto como el líder por todos los presentes en el salón Benito Juárez del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

Junto a César Cravioto, el ex presidente de la Constituyente dirigió el encuentro donde la bancada de mayoría anunció la adecuación del primer Congreso de la Ciudad de México al plan nacional de austeridad de López Obrador, con reducciones en el presupuesto para la asamblea y la eliminación de comisiones que -según Encinas y Cravioto- nunca sesionaron.

Sin embargo, en lo más profundo e íntimo del cuartel de Morena, siguieron las negociaciones de alto nivel. Hoy se confirmó lo que nadie sospechó: Encinas Rodríguez ocupará una de las tres únicas subsecretarías que habrá en Gobernación, cuya reducción es inminente.

Al lado de Zoé Robledo (subsecretario de Gobierno) y Tatiana Clouthier en Participación Ciudadana, Democracia Participativa y Organizaciones Civiles, Encinas acompañará a Olga Sánchez Cordero asumiendo la subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración.

Según informó una fuente del equipo íntimo de López Obrador a LPO, las pláticas para que el ex Jefe de Gobierno asumiera este nuevo rol en su carrera política las llevó el propio tabasqueño, quien en persona avisó a Sánchez Cordero sobre su decisión. Esta actitud, controlar hasta el último detalle del organigrama de su gobierno, "se repite en las demás Secretarías de Estado", informaron a esta redacción.

La prueba de esto, añaden en el círculo rojo, es que en ninguna reunión convocada por Olga estuvo presente Encinas o alguno de sus operadores, sólo estuvieron  Joel Ortega, Leonel Godoy, Jesús Valencia (ex alcalde de Iztapalapa), Leonel Cota (quien aún duda sobre si buscar un subsecretaría en otra dependencia), un notario amigo de Olga y operadores de Marcelo Ebrard. Pero en ningún caso Encinas.