El comando del PRI ya se encuentra en Mérida con la meta de que el último debate de esta noche termine de confirmar el bajón de Ricardo Anaya en las encuestas que ellos aseguran manejar. Es una oportunidad imperdible para cristalizar hacia adentro y hacia afuera del PRI que José Antonio Meade efectivamente está en un segundo lugar.

El último escándalo de los videos del empresario Manuel Barreiro se dio a conocer a mediados de la semana pasada. El tracking diario de la campaña tricolor dice que a siete días Anaya ha caído por debajo del 20% de las preferencias. Y otro dato: alega que más de la mitad de los encuestados en zonas urbanas  quedaron insatisfechos con las explicaciones del panista y de su entono.

Agregan que la presencia de figuras como Jorge Castañeda o Diego Fernández de Cevallos en toda la estrategia de defensa también golpeó a Anaya porque su frescura de candidato joven y de ideas nuevas queda anulada por los dos carcamanes que revolotean su campaña.

Ante la consulta de si la campaña contra Anaya no disparaba una idea de victimización que era funcional al aspirante del Frente en la campaña tricolor lo niegan rotundamente. Para que haya victimización, alegan cerca del publicista Alejandro Quintero, es preciso que las explicaciones que suceden al escándalo sean consistentes.

La expectativa es que esta noche Meade tenga el mejor desempeño de los tres debates y que se pueda lucir hablando e temas como economía y desarrollo social. Esperan que los cruces de Anaya con AMLO sean un factor que termine de golpear al panista. Anaya es superior discursivamente al candidato de Morena pero López Obrador demostró en el segundo debate que puede manejar estas situaciones con humor y ese es un factor a considerar porque equilibra la contienda.