El cambio de mensaje es evidente y de gran velocidad. En diciembre del año pasado Damián Zepeda ordenaba a los potenciales aspirantes a diputaciones locales, federales y al Senado por Edomex enarbolar un fuerte discurso contra Enrique Peña Nieto y el PRI. Por eso, semanas antes de que Ricardo Anaya lo dijera públicamente, ya en algunos actos panistas del Edomex se hablaba abiertamente de que era preciso ganar la elección y luego investigar al actual presidente.

Zepeda decía que la jugada en la entidad era señalar al actual presidente para capitalizar en las preferencias a partir de su elevada imagen negativa. Sin embargo esta semana llegó la contraorden: dejar de cuestiona al PRI y a Peña Nieto, para apuntar fuerte contra Morena. El operativo polarización llegó a Edomex donde, por ejemplo, Delfina Gómez lidera la intención de voto al Senado.

Para quienes conocen la campaña panista en la entidad era esperable: en los dos últimos actos de campaña de Anaya en Ecatepec y Tlanepantla -la semana pasada- no hubo la menor crítica a Peña Nieto ni al PRI.

El circulo de Anaya está dado a la tarea de distender la furia entre el Presidente y el joven queretano con la idea de formar una alianza de facto PRI-PAN que logre detener a Morena. Juegan en ese tablero el secretario de Accion Electoral del PRI, Rubén Moreira, que está en contacto con Jorge Castañeda y Santiago Creel.

Un dato: se intentó sumar al canciler Luis Videgaray a ese circuito de comunicación pero este desistió. Tampoco ha querido ver a Anaya, que le pidió un encuentro la semana pasada, pro ahora sin éxito.

De momento las gestiones no han progresado y de ahí que comienza a existir una fuerte presión empresarial sobre Los Pinos para que se concrete un acercamiento entre dos polos que hasta hace dos semanas lucían irreconciliables.