El canciller Luis Videgaray podría concretar hoy lunes dos movimientos estratégicos en el futuro inmediato del país: que José Antonio Meade sea el candidato presidencial del PRI en paralelo a que Miguel Messmacher ascienda a secretario de Hacienda. 

De concretarse la promoción del subsecretario de Ingresos queda en el camino Vanessa Rubio y José Antonio González Anaya, titular de Pemex. Este segundo nombre es clave para Videgaray: el canciller no quiere a González Anaya fuera de la petrolera. Cree que ha hecho un gran trabajo y que todavía debe consolidarse a lo largo del año que viene. 

Algo más, y que no es menor: Videgaray peleó mucho para expulsar de Pemex a Emilio Lozoya y que su reemplazo sea González Anaya, que en ese entonces reportaba en el IMSS. Lozoya era una figura de fuerte predicamento sobre el presidente.

El caso es que Enrique Peña Nieto duda sobre Messmacher en el último tramo de su sexenio. Lo ve excesivamente ortodoxo para lo que viene, en general los gobernadores del PRI no tienen buenos comentarios sobre el funcionario que los atiende cuando Meade no puede y, finalmente, el factor político: el presidente no termina de esta seguro si Enrique Ochoa podrá continuar en el PRI, especialmente si todos los gobernadores piden su salida en bloque. Hacienda sería entonces el refugio del ex jefe de CFE.

Videgaray comparte estas cuestiones pero ve en Messmacher a la mejor opción disponible porque además como no será candidato a nada asegura estabilidad en un área sensible hasta el final de la administración.