Fueron juegos parecidos, pero con algunos matices. Margarita Zavala hizo un diagnóstico similar en el PAN al que un par de meses atrás realizó Ricardo Monreal en Morena. Desplazados por las cúpulas, decidieron romper con sus partidos. El delegado de la Cuauhtémoc lo hizo en cuotas, la ex primera dama prefirió hacerlo de un tirón.

Pero más allá de las diferencias, la apuesta es la misma: llevarse a los heridos que dejen los respectivos procesos de selección de candidatos. Más de 3 mil cargos de elección popular, que el Frente Ciudadano deberá distribuir en una delicada operación política entre militantes del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. "Los lastimados, los desplazados serán la faena de los Calderón", estiman en el blanquiazul.

Según pudo saber LPO, Zavala terminó de convencerse de que la ruta independiente era posible al comprender que en el camino irá sumando liderazgos regionales, empezando por los gobernadores. El malestar entre los mandatarios creció en los últimos meses, al ver que Anaya avanzaba con el Frente desconociendo las internas regionales.

¿Por qué el enojo? "Si tu adversario local, que en la campaña te acusó de corrupto, narco y unas cuantas cosas más, ahora obtendrá la candidatura por una senaduría y esto ocurre sin la consulta al gobernador... Entonces, hay motivos de sobra para estar molestos", explicó a la perfección operador panista.

En efecto, los liderazgos estatales de Movimiento Ciudadano y el PRD -según el caso- han confrontado históricamente con las estructuras panistas. "Algunos de los grandes opositores a los gobernadores ahora serían premiados por Anaya. Esos rumores preocupan. Pero sobre todo, la nula comunicación que hubo en medio de las negociaciones. Son pocos los que saben qué se está acordando", agregó la misma fuente.