Los tiempos para que la renovación en la dirigencia del PRD se pueda dar a través de elecciones internas está entrando en su fase terminal. Y aunque aún no se ha echado por la borda la posibilidad de que sean los militantes, y no el Consejo nacional, quienes elijan las autoridades del Sol Azteca, los nombres de los posibles contendientes ya han comenzado a aparecer.

La puja se ha dividido en dos, entre quienes aún quieren convocar a sus filas a las urnas, y quienes empujan para que la decisión la tome el órgano ejecutivo que contiene a cuatrocientos miembros del partido, argumentando que el padrón del PRD ha sido inflado por la afiliación masiva en todo el territorio, realizado por algunas tribus en alianza con el PAN.

Mientras, cada tribu ya se ha perfilado para proponer a sus propios "gallos". Entre los previsibles, Vanguardia progresista insistirá con dejar a Alejandra Barrales en el cargo de la presidencia o, de querer tomar un mayor riesgo, subir al secretario de Transporte y operador de Mancera, Héctor Serrano, al ring.

La tribu de Zambrano y ortega, mientras tanto, querrán impulsar a la secretaria general del partido, Beatriz Mojica y al operador político del panista Rafael Moreno Valle -con quien actualmente tienen acuerdos políticos en todo el país, especialmente en Puebla-, Luis Maldonado.

Por otro lado, IDN, la corriente dirigida por René Bejarano, querría avanzar con la postulación de la ahora coordinadora de la bancada perredista en el Senado, Dolores Padierna y Héctor Bautista, líder de ADN, querrá hacerlo con el ahora candidato para el Estado de México, Juan Zepeda.

Pero más allá de estas opciones, que ya han surgido en oportunidades anteriores, apareció uno nuevo: el de Rodrigo Gayosso, el hijo de la esposa de Graco Ramírez, Elena Cepeda, Presidenta del DIF estatal. Se trata del actual presidente perredista en Morelos, que ya ha levantado la mano para ser tenido en cuenta para el cargo.

Gayosso ha sido un personaje polémico en el estado, donde lo han acusado de haber amenazado a periodistas, de desvió de fondos y malversación por nepotismo. En el estado, incluso se han hecho insinuaciones sobre la posibilidad de que Graco quiera cederle su puesto, una vez terminada su gestión.