Ricardo Anaya intervino en el armado de Rafael Moreno Valle en Nuevo León. Contactó a su principal sponsor en esa geografía, el ex alcalde panista de Monterrey, Adalberto Madero, y le dijo que él hará todo lo posible porque no vuelva a ser candidato por el partido a ningún cargo. Una actitud muy similar a la que tuvo en las últimas veces que Margarita Arellanes, otra ex alcaldesa de la capital regia con problemas judiciales,  lo buscó.

Madero fue alcalde de Monterrey entre 2006 y 2009. Protagonizó fuertes escándalos de corrupción y terminó encarcelado en el penal de Apodaca de donde salió tras pagar una fianza de 15 mil pesos. Luego el CEN del PAN terminaría expulsándolo.

Este ex alcalde se había convertido en el principal apoyo económico de Moreno Valle en la entidad norteña. Madero tiene recursos y no le importa usarlos en la política. Su plan era apoyar al poblano y luego buscar una vez más la alcaldía.

El veto de Anaya aleja a Madero de la campaña de RMV que ahora, a nivel estatal, se sustenta en José "Pepe" Serrano, la diputada Karina Barrón, el ex diputado federal Martín López y el alcalde del PRI Adrián de la Garza que conversa con los emisarios del ex gobernador de Puebla.

El movimiento del dirigente nacional es preventivo porque conoce que RMV está captando, a fuerza de un fenomenal financiamiento, estructuras del partido en diferentes estados a lo que se suma que ya tres gobernadores panistas comienzan a decantar por su campaña: Francisco Cabeza de Vaca, Francisco Domínguez y Carlos Joaquín.

Para Anaya es elemental que RMV no gane terreno en las estructuras de los estados. Sería el próximo paso para comenzar a disputar la candidatura que es algo que hoy, en un partido dominado por Anaya, y en parte por los Calderón parece muy lejano.