La protesta en contra del gasolinazo y el aumento de impuestos convocada en  Monterrey dejó disturbios, saqueos y la fachada del palacio de gobierno destrozada, junto con sus vitrales históricos. Entre los manifestantes destacó un llamado Grupo Anarquista que se mostró sumamente agresivo contra la autoridad.

Es la primera vez que este grupo asume un protagonismo tal. Está integrado por jóvenes muchos de los cuáles llegaron a la capital regiomontana desde la Ciudad de México. Consultados por LPO aseguran autoconvocarse por medios propios y sin necesidad de apoyo de partidos políticos. Negaron enfáticamente responder a Morena.

En el gobierno de Jaime Rodríguez se encienden alarmas porque se trata de un tipo insurgencia organizada que es poco común en las entidades del norte del país. Los anarquistas protestaron con los rostros cubiertos y tuvieron visibles muestras de vandalismo.

A pesar de que los comercios cerraron sus puertas para evitar ser víctimas de  robos, desde la tarde y hasta altas horas de la noche, grupos ciudadanos rompieron cristales y sustrajeron todo tipo de productos.

La protesta inició desde las 17:00 horas en la explanada de los Héroes, frente al palacio estatal, a donde llegaron ciudadanos de todo el estado de Nuevo León y contingentes que partieron de cinco puntos de la metrópoli.

Cuando se realizaba la manifestación y los organizadores expresaban diversos discursos de rechazo al incremento de la gasolina, el impuesto predial y la permanencia de la tenencia, un grupo de personas vestidas de negro y con el rostro cubierto, reventó el mitin.

Se subieron al escenario e hicieron explotar petardos, provocando la retirada de los grupos de activistas.

Los hombres y mujeres encubiertos ocupaban las primeras filas de la manifestación, portaban banderas rojas y negras con la leyenda “Grupo Anarquista” y tenían acento del centro del país.

Arrojando las vallas metálicas que resguardaban el área rompieron seis vitrales históricos de la fachada del Palacio, para después lanzar cohetes al interior.

Los elementos de Fuerza Civil que resguardaban el lugar lanzaron gases lacrimógenos y chorros de agua al grupo de choque.

La trifulca duró más de dos horas, resultando lesionados seis periodistas y tres vehículos de empresas televisoras, dañados considerablemente. En varios puntos de la zona conurbada se realizaron saqueos y vandalismo.

Al momento no se ha dado a conocer las pérdidas materiales en los comercios, pero los disturbios siguen por varios municipios. El vocero de seguridad, Aldo Fasci, declaró más tarde que se han detenido a 18 personas, algunas de ellas originarias del centro del país.