Fue una idea permanente en el discurso de Ricardo Anaya en su visita a Monterrey y todo indica que continuará presente en sus reuniones con empresarios de todo el país: desarrollar aplicaciones para un control permanente del gasto público como un vehículo para combatir la corrupción.

En Nuevo León, el candidato panista tuvo dos días de reuniones que fueron organizadas por Agustín Basave y Víctor Pérez, el coordinador de su campaña en la entidad.

Anaya planteó ideas diferenciales para lo que implica la administración pública, como la cancelación del uso del efectivo, la creación de comités de transparencia en todas las dependencias que asignen recursos a privados y la idea del ombudsman de la inversión, que lo propuesto ante la Amcham la semana pasada.

Con este giro discursivo Anaya busca conectar con el empresario mediano y Pyme que, según entiende, es el que más sufre la corrupción estatal, incluso más que las grandes corporaciones, donde sus ejecutivos tienen contactos de alto nivel en la Federación y unos margenes gananciales que hacen que las prácticas irregulares no los afecten de lleno.

Es una estrategia que además tiene sentido en el corredor industrial del norte del país, que es donde Anaya debe encontrar un voto panista estructural.