Noches atrás, en una velada en su residencia, Alfonso Romo, coordinador de los equipos técnicos de Morena,  habría aportado con lujo de detalles un relato sobre cómo Carlos Slim ya estaría apoyando a la campaña presidencial de Jaime Rodríguez Calderón. Habló de Ignacio Cobo, influyente cabildero de Carso, y de una reunión decisiva en un hotel de lujo en Acapulco, donde se decidió el respaldo al gobernador regiomontano.

Historia que viene acompañada de datos sobre supuestos apoyos de Slim al Bronco en la campaña de 2015 y cómo el magnate incidió en la línea editorial del Grupo Reforma para apoyar al independiente contra la candidata del PRI Ivonne Álvarez, satélite de Emilio Gamboa.

Meses atrás el Bronco se fotografió mirando béisbol con Slim. De tanto en tanto el gobernador tiene largas pláticas con su hijo Patrick, la tercer persona de mayor importancia en todo el grupo económico.  

Más allá de los supuestos comentarios de Romo,por ahora Slim no aparece en la lista negra de empresarios que reparte Andrés Manuel López Obrador ni es blanco de sus diatribas. Cerca del tabasqueño insisten en que este sigue teniendo una relación cordial con Slim.

Cerca de Romo creen que Slim apoyará a varios candidatos en 2018 pero que dentro de la lista de independientes su favorito será el Bronco, por la simple aritmética de que es el único que puede crecer en el electorado antisistémico.

Esto se complementa con aquellas percepciones que circulan sobre que Slim se ha alineado con Los Pinos, reconciliación que se traduce en dos hechos: el fallo de la Corte Suprema contra la reforma telecom (fallo cabildeado por Humberto Castillejos) y el proceso de descapitalización de Slim en Tne New York Times, matutino fuertemente crítico para con la gestión de Peña.