Mientras Donald Trump lidia con tres tormentas políticas y una tormenta meteorológica esta semana, la economía que conduce sigue dando resultados positivos. Esta semana el buró del censo de EU reportó que el año pasado los ingresos de la clase media incrementaron a niveles de antes de la recesión de 2009.

Según el análisis, el ingreso promedio en 2017 fue de $61,372 dólares, cruzando la frontera de los 60 mil dólares, superando el promedio reportado en 1999. El buró sí aclaró que la metodología de medición cambió en 2013, por lo que la comparación no es perfecta.

También es cierto que la tendencia de crecimiento es la misma que se veía desde la administración anterior, sin embargo, siguen siendo buenas noticias para la economía de Trump, uno de los pilares de la agenda política del presidente. Según el buró, el principal factor de crecimiento es que los hogares están sumando a un trabajador adicional, es decir, padres que no trabajaban se han estado integrando al mercado laboral en los últimos años.

Al mismo tiempo, la confianza de los consumidores subió al nivel más alto registrado desde 2004, según una encuesta de la Universidad de Michigan. Las ventas en tiendas, restaurantes y sitios web incremento 0.1% de julio a agosto, y el gasto ascendió un impresionante 6.6% desde el verano de 2017, muy por encima de la inflación.

Los consumidores se muestran optimistas con el manejo de la economía, a pesar de los impopulares aranceles que Donald Trump ha impuesto en los socios más importantes de Estados Unidos.

Esta semana la preocupación de los economistas se fijó en China, que ya está mostrando el efecto de los costosos aranceles de la administración. Cifras de este mes sugieren que la inversión está cayendo en el gigante asiático.

Se reportó un crecimiento de la inversión de 5.3%, más bajo que el reportado entre enero y julio que fue de 5.5% y hasta entonces el crecimiento más bajo que se había registrado.

El Gobierno de Xi Jinping informó que iba a escalar sus medidas para apoyar la economía a través de proyectos grandes de infraestructura, sin embargo, analistas apuntan que no ocurrirá antes de 2019. Está por verse qué efectos podría tener la desaceleración de la economía China en EU, México, y el resto del mundo.