Enrique Alfaro hace sus primeros movimientos tras anunciar su desmarque de Movimiento Ciudadano, en un claro gesto para bajar el nivel de conflicto histórico que sostiene con parte del entorno de Andrés Manuel López Obrador y garantizar así la gobernabilidad en su sexenio como mandatario de Jalisco.  

El gobernador electo busca asumir con un gobierno transversal que incluya figuras provenientes del PRI y del PAN. Pero, sobre todo, podría designar como Secretario de Gobierno -según explicaron a LPO fuentes de su entorno- a Enrique Ibarra Pedroza, quien desde el PT le coordinó la campaña a AMLO en Jalisco en el 2006 y desde entonces guarda buena relación con el presidente electo.

Ibarra Pedroza reemplazó a Alfaro como interino en Guadalajara cuando este se fue a la campaña. Es catedrático, editorialista y escritor de libros sobre derecho electoral.

Alfaro apuesta por una relación armónica con el próximo gobierno de la Federación por un punto central: la Seguridad. El ex alcalde entiende que si no logra una solución veloz a este asunto su popularidad se desmoronará a gran velocidad. 

En Jalisco domina la tesis de que el descontrol de seguridad que le estalló a Aristóteles Sandoval está relacionado con la falta de coordinación entre el Estado y la Federación. Las recurrentes tensiones entre Sandoval y la Segob. Ese es el escenario que Alfaro intenta eludir.

El gobernador además necesitará una negociación permanente con Morena a nivel local por la gran cantidad de diputados que habrá en la legislatura estatal. Allí entran a escena dos actores para acordar la política estatal. Por un lado, quien dirigirá la bancada de MC, Salvador Caro Quintero; por el otro el empresario Abraham González Uyeda, cercano a AMLO y que si bien no es diputado, tendrá predicamento en una bancada en la cual nadie tiene experiencia política porque todos los candidatos salieron por sorteo.