El debate de candidatos a la gubernatura de Jalisco tuvo un denominador común: los múltiples ataques contra el candidato de Morena, Carlos Lomelí Bolaños, quien hasta el fin de semana estaba en segundo lugar. El empresario del rubro salud fue duramente criticado tanto por el PRI como por el PAN como por el puntero, Enrique Alfaro.

Lomelí hace su campaña con el relato de que desde un origen muy humilde, logró progresar y convertirse en un magnate. Las criticas fueron en las dirección de tumbar esa mística: donde Lomelí habla de esfuerzo y perseverancia, sus detractores lo acusaron de construir su fortuna en base a grandes negocios con el sector público.

El candidato panista, Miguel Ángel Martínez, presentó  una denuncia contra Lomelí ante la Procuraduría General de la República. Basado en ‘‘hechos públicos'', pidió investigar al abanderado aliancista por presuntas ventas irregulares de fármacos al Instituto de Pensiones del Estado.

Alfaro, por su parte, dio a conocer una  grabación de una entrevista en la cual Lomelí cuenta cómo hizo su primera venta de medicamentos al Hospital Civil de Guadalajara y obtuvo una ganancia del 32 por ciento, y lo acusó de aprovecharse de una institución que atiende a pacientes de escasos recursos.

El candidato en ningún momento logró dar explicaciones contundentes a tanto cuestionamiento y esto es lo que entusiasma al War Room de Miguel Castro Reynoso, del PRI, para recuperar el segundo lugar en el tramo final de la contienda

La campaña estatal del PRI padece la sucesión de hechos de violencia (el más reciente un tiroteo contra un funcionario del gobierno en un restaurante a pleno mediodía)  que afectan la imagen del tricolor a lo cual se la tensión entre el gobernador Aristóteles Sandoval y el gobierno de la Federación.

Lejana la chance de pelear la gubernatura, ahora la campaña de Castro Reynoso aspira a ser segunda fuerza en el Congreso estatal y a retener el bastión tricolor de Tonalá, municipio de la zona metropolitana.