En medio de los planes de autosuficiencia energética del gobierno mexicano, la estadounidense Marathon apuesta por posicionarse como uno de los principales jugadores en importación de combustibles, a pesar de las trabas regulatorias que enfrentó en el paÃs y lejos de los escándalos que enfrentó en su paÃs, años atrás.
Durante los últimos dÃas la firma ha promocionado en medios de comunicación su objetivo de instalar hasta 280 estaciones de servicio gasolinero y ser lÃder en la importación y venta directa a terceros de los combustibles que trae por cuenta propia al paÃs desde sus plantas.
Vale recordar que esta firma llegó a México en 2017 con Tesoro para la construcción y conversión de gasolineras existentes a su marca, primero en Baja California, después en Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Jalisco y Nuevo León. Después logró un contrato para arrendamiento de capacidad de transporte y almacenamiento en los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el corredor Noroeste del paÃs mediante la llamada temporada abierta.
Sin embargo, más tarde hubo falta de acuerdos con la petrolera, que ya no renovó los contratos con la administración de López Obrador y complicaciones ante las regulaciones energéticas que limitaron los permisos de importación, exportación, comercialización, expendio, transporte y almacenamiento de hidrocarburos y petrolÃferos.
"Hoy hay ciertas complicaciones, algunos de los permisos no han salido y el crecimiento de mercado no se ha dado como quizá esperábamos, pero nos quedamos en el paÃs, vamos en crecimiento y nos enfocamos en vender a otros gasolineros y a clientes comerciales. También participamos en la transición a la electromovilidad y conforme cambie el entorno, cambiamos y ofrecemos valor, asà ha funcionado", señaló en una entrevista para el diario El economista, Paulo Esteban Alcaráz, directivo de la firma.
Vale recordar que la empresa estuvo en el centro de la polémica durante la administración de Donald Trump, luego de que legisladores demócratas señalaran a la compañÃa de ser beneficiada por una serie de cambios regulatorios que implementó el entonces secretario de EnergÃa, Rick Perry, en el primer mes de dicha administración.
Eso, luego que The New York Times revelara que Marathon estaba cabildeando sobre el staff de Trump para flexibilizar la normatividad sobre la calidad del combustible de modo de contener emisiones nocivas desde los vehÃculos, establecida en durante el gobierno de Barack Obama.
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