Enrique Peña Nieto ya decidió que no habrá nueva reforma fiscal en lo que queda de su sexenio. Así lo ha mandado a decir a hombres de negocios y directivos de medios que a diario abogan desde sus espacios y foros por un nuevo marco tributario. 

"Esa reforma se hizo en 2013 y México ya aumentó su recaudación al 19% del PBI, antes de eso solo llegabamos al 10%", es la sentencia que baja desde Los Pinos y que le encargaron a José Antonio Meade defender.

El presidente entiende que el capital político del Gobierno ya no resiste nuevas reformas de fondo y busca cerrar el sexenio con cuestiones de coyuntura inmediata. Frente a esto los hombres de negocios que sobrevuelan al equipo económico dicen que México es el país que menos recauda de la OCDE y que actualmente está incluso por debajo de países como Chile, Argentina o Colombia, países con economías de menor envergadura.

La queja empresaria aparece por dos flancos. Este año será el de menor inversión pública de los últimos 10 años lo cual afecta a grandes jugadores de diferentes rubros. No solo eso. Los empresarios tienen el aval de la OCDE y el FMI al plan de crear un consejo fiscal. Algo que Gustavo De Hoyos de la Coparmex defiende en múltiples eventos. Eleva así su pelea con Los Pinos mientras analiza una candidatura por el PAN para el año próximo.

El discurso empresarial es que la baja recaudación impide crecer en el corto plazo con inversión en salud, infraestructura y educación. Agregan que por primera vez México ya gasta más en jubilaciones que en nuevas inversiones. El 60% del ingreso no petrolero, le señalan a Meade, se va en pagar pensiones, deuda y recursos a entidades federativas. Ninguno de esos flujos irá a la baja.

Recaudar más a nivel federal y premiar a los estados y municipios que incrementan su recaudación es una idea recurrente que formulan aquellos que visitan la SHCP. Pero Los Pinos ya dijo que no.