En el corporativo de Grupo Carso están en alerta de cara al debate presidencial de este domingo porque temen que Xóchitl Gálvez instale fuertemente la tragedia de la Línea 12 y así termine por golpear, de modo colateral, a Carlos Slim

Es un asunto espinoso porque en febrero de este año Slim dijo que la tragedia no fue por la obra que su constructora realizó sino por falta de mantenimiento, lo cual en el entorno presidencial se registró como un dardo a la gestión capitalina de Sheinbaum.

El tema puede directamente salirse de control si la estrategia de Xóchitl fuera, como se menciona en ciertos entornos de la oposición, descontrolar el debate e incluso alterar sus reglas como único recurso para sacar a Sheinbaum de su zona de confort.

Un detalle: el informe de la entonces fiscal Ernestina Godoy (ahora nominada sl Senado), tiene muchas consideraciones respecto a las supuestas fallas en la construcción de la obra.

Slim entiende la tragedia del metro como un tema superado en lo que a él refiere ya que se encargó de pagar la reconstrucción. Una inversión que, de momento, lo ha preservado de responder sobre cómo se construyó la obra y con que calidad de materiales, temas que el ingeniero mira con obsesión, siempre en busca de potenciar su rentabilidad.

Ejemplo: su parte del Tren Maya tuvo un tiempo de desarrollo mayor porque Slim especulaba con el precio de ciertos insumos necesarios para la obra.

A mediados de febrero Slim brindó una conferencia de prensa que su entorno juzgó como desastrosa, en la que dijo que Telmex no es rentable, se confrontó con el Ejército y dejo un aire enrarecido en lo que respecta a su relación con Andrés Manuel López Obrador.