Ricardo Anaya ya tomó posición. No puede creer el momento que eligió Edgar Olvera, alcalde de Naucalpan, para atacar a su colega Enrique Vargas, de Huixquilucan. El encargado de transmitir el mensaje fue nada menos que Santiago Creel, quien intenta por estas horas la durísima tarea de reconciliar a dos jugadores clave del Estado de México.

Furioso, Anaya cuestiona la forma pero sobre todo el momento que eligió Olvera para sacar a la luz su interna con Vargas. "Estamos en medio de las negociaciones con Josefina y el PRD, y nos coloca en la tapa de todos los medios con un escándalo de este tipo", le habría dicho enojado a su colaboradores.

La semana pasada, el presidente municipal de Naulcapan mandó a personal de protección civil a un complejo de locales de Ciudad Satélite, propiedad de la familia Vargas, para clausurarlo. La excusa era que faltaban algunos papeles. Cuando vio que Vargas y sus guaruras resistían la clausura, mandó a un verdadero ejército de policías de su distrito.

"Si realmente faltaba algún papel, bien se lo podría haber comunicado en privado, darle un tiempo para ponerlo en orden. Incluso podría haber funcionado como una advertencia. Pero así quedó claro que fue un ataque directo", explicó una fuente del CEN panista a LPO.

El malestar de Anaya es simple: Olvera entiende a la perfección que parte de las condiciones que impuso Josefina Vázquez Mota es lograr la unidad de los distintos grupos del panismo en Edomex, para que no le vuelva a suceder lo que ya pasó en la campaña presidencial de 2012.

Anaya apoyó la renovación del Comité Directivo Estatal, y acompañó al bloque que colocó a Víctor Hugo Sondón como nuevo presidente. Ese grupo era respaldado justamente por Edgar Olvera y Enrique Vargas. "No es una buena señal para Josefina mostrar estar guerra entre supuestos aliados", repetían en el PAN.

Claro. El malestar entre ambos alcaldes ya había quedado en evidencia en la reciente elección de representantes para el Consejo Nacional, cuando Vargas decidió integrar un equipo con Oscar Sánchez en lugar de mantener su alianza con Olvera y Sondón. Para muchos, ese fue el motivo que detonó la venganza de Olvera.