Todo se encamina para que en julio vuelva a haber una reunión ministerial entre Ildefonso Guajardo, Robert Lighthizer y Chrystia Freenland por el futuro del  TLCAN. Esta cumbre es motorizada por la canciller canadiense. Guajardo ya ha aceptado participar y en las próximas horas aceptaría Lighthizer. Sería en Washington en la última semana del mes que viene.

Es una cumbre que llega en el peor momento de la relación triateral. Justin Trudeau quedó resentido con Donald Trump tras la pasada cumbre del G-7, México vive un pico de tensión con EU por la crisis migratoria en la frontera, y a esto se suma la guerra de aranceles desatada por Wilbur Ross pero ideada por el asesor de la Casa Blanca, Peter Navarro.

Ya es un hecho que no habrá nuevo TLCAN antes de fin de año. En estas reuniones se puede avanzar en capítulos del acuerdo de modo que se busque seguir cerrando cuestiones no conflictivas y el año que viene abordar el debate de las reglas de origen ya con un nuevo Congreso en EU y un nuevo Gobierno en México.

En las últimas horas Guajardo, sentenció que México no permitirá ninguna presión o amenaza por parte de Estados Unidos para continuar la negociación del nuevo TLCAN.

Así respondió el funcionario mexicano a su contraparte estadounidense, Wilbur Ross, quien ofreció retirar los aranceles de 10 y 25% aplicados a aluminio y acero, respectivamente, a cambio de que salga un nuevo acuerdo.

"Nosotros siempre hemos considerado que la negociación del TLCAN no puede estar condicionada a ningún otro elemento externo a la propia negociación", dijo Guajardo, y concluyó: "La imposición de aranceles fue de manera unilateral y ahora argumenta su representante de Comercio que no tenían interés en ponerle aranceles al acero y al aluminio mexicano y canadiense, que fue sólo una forma para incentivar que las negociaciones llegaran a buen puerto".