El próximo 18 de diciembre, Ildefonso Guajardo viajará a Bruselas con el objetivo de cerrar el acuerdo con la Unión Europea, clave en tanto que se mantiene la incertidumbre sobre el devenir del TLCAN. Pero el éxito de este objetivo dependerá en gran medida de que logre limar asperezas en tema de etiquetado.

El equipo mexicano ya logró avanzar en algunos de los temas que forman parte de la negociación y se concluyeron los capítulos correspondientes a política de competencia, así como el de pequeñas y medianas empresas. Pero eso aún no asegura un triunfo pues aún no se llegan a acuerdos en áreas como el acceso a mercados agrícolas y el etiquetado de producto de origen, este último acaso el que más ha trabado las negociaciones, como anticipó LPO.

"Siguen siendo puntos importantes en disputa. Ambas partes aún no han acordado un mecanismo para resolver los desacuerdos sobre inversiones", aceptó el secretario de Economía. Y en ese contexto agregó: "Existe la posibilidad, no la garantía".

Señaló que "eso dependerá de las discusiones técnicas que los equipos están teniendo en Bruselas para ver si hay condiciones de que nos juntemos los ministros y poder cerrarlo", dijo Guajardo en el marco de una reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Buenos Aires.

Como explicó esta redacción, la Unión Europea estaría buscando que los productos que comercializa esta región en el país lleven su etiquetado. El problema es que esta petición implica una violación directa a las normas mexicanas. Con más precisión a la NOM50 sobre el etiquetado de los bienes. Y es que conforme a las reglas de la OMC, cada país tiene el derecho de dar información a su consumidor, con etiquetas propias.

Concretamente, las autoridades europeas buscan evitar que en México se utilicen nombres de quesos como Mozzarella, Gorgonzola, Camembert, Parmesano, principalmente, y que tiene la protección denominada indicaciones geográficas, porque para tener ese nombre deben de producirse necesariamente en la región que le dio el nombre.

Lo que el equipo técnico discute es l número de productos cuyo nombre europeo no podrá usarse en México y viceversa, sino que se tendrán que importar para conservar el nombre como la Champagne, que debe ser de Francia para recibir el título.

De acuerdo con fuentes del sector consultadas por el diario El Universal, el temor en la industria es que el Gobierno federal mexicano sólo pueda negociar que se utilicen aproximadamente cinco nombres de quesos europeos, como puede ser el manchego.

Para Guajardo, cerrar este acuerdo en diciembre era crucial, en tanto que el TLCAN también sigue muy atorado por temas como reglas de origen. Sería el primer acuerdo que concretaría en este plan por incrementar sus socios comerciales exteriores.