Después de la decisión sobre la candidatura presidencial, el cargo de gobernador del Banco de México es la definición más crucial del último tramo del actual sexenio. El 30 de noviembre Agustín Carstens dejará la entidad para desembarcar en el Banco de Pagos Internacionales. Desde allí quiere construir su candidatura para conducir el FMI, la histórica ambición del banquero.

Actualmente todo luce encaminado para que Alejandro Díaz de León sea designado gobernador de la entidad aunque en las últimas horas en el mercado comenzó a circular el dato de la vacante de Carstens sería cubierta recién enero lo cual dejará durante algunas semanas como interino al subgobernador Roberto Del Cueto, que es el de mayor antigüedad.

La explicación sería que se va a designar en la entidad a alguien proveniente la política o bien sujeto a estos avatares ya que en la primera quincena de diciembre se definirá el candidato presidencial del PRI.

El dato de que no habrá un reordenamiento inmediato tras la salida de Carstens causa malestar porque esta semana Donald Trump va a designar nuevo titular de la Reserva Federal.

Si el elegido es, como anticipa The Wall Street Journal, Jerome Powell, no habrá demasiada turbulencia porque se trata de un gradualista en materia de alza de tasas muy parecido a Janet Yellen. 

En cambio si se tratara de John Taylor, economista de la Universidad de Stanford o Kevin Warsh, exgobernador de la Fed, sería preciso un relevo más veloz  ya que el peso se verá presionado por su ortodoxia extrema.