Se han hecho ya algunos cálculos para intentar entender cuánto podría afectar a nuestra economía una posible ruptura del TLCAN, pero es difícil conocer en lo mirco los alcances que podría tener en cada industria. A pesar de ello, hay sectores que se ven altamente amenazados, como el manufacturero o el automotriz.

Este último logró alcanzar gran brío precisamente bajo el acuerdo, aunque su boom estalló hace unos años. Y a la vez, ha sido uno de los blancos constantes por Donald Trump, ideando la manera de atacar el comercio con México por esta vía.

Diversas han sido las estrategias. Por ejemplo, durante su campaña, el republicano lanzó fuertes amenazas a las empresas automotrices sobre imponer impuestos, ahora en medio de las negociaciones del acuerdo trilateral exige incrementar a 80% las reglas de origen.

Como sea, si los tres países no logran ponerse de acuerdo y se da una eventual ruptura del tratado comercial -como ya empiezan a sospechar más de uno en el mercado-, en este sector habría un impacto claro que recaería en las camionetas tipo Pick Up.

Y es que las exportaciones de estos vehículos estarían expuestos a un arancel podría ser hasta de 30%, según explicaron especialistas del sector a La Política Online.

Como explicó a este medio el internacionalista de la UNAM, Ignacio Martínez, la industria automotriz cuenta con beneficios fiscales, pactados de manera particular por los empresarios, sin embargo, existe un impuesto que quedó intacto. El "Chicken Tax".

Este impuesto data de 1963 que gravaba el almidón de papas, la dextrina, el brandy y las camionetas ligeras, incluidas las pick up. Con el tiempo logró eliminarse de prácticamente todos estos productos, excepto de estas camionetas.

Por tanto, de eliminarse el acuerdo comercial, la industria volvería a utilizarlo y habría un golpe directo a la industria nacional, pues de acuerdo con datos de la AMIA, estos vehículos representan una cuarta parte de las exportaciones de vehículos hechos en México.